Pablo Martínez
Cortes de caminos y falta de agua ha sido la tónica en Calama tras las fuertes lluvias que han caído en gran parte de la zona norte de Chile.
Oriundos de la región del Biobío como Daniel Tizka eligieron trabajar en Chuquicamata para el sustento de su familia. En su caso, el clima le jugó una mala pasada ya que un viaje camino a la minera tuvieron que rescatarlo.
El chorero señaló que "el temporal fue grande, especialmente el jueves cuando tuvieron que ayudarnos, porque al bus se lo llevaba la corriente. Hoy estamos es un campamento ya que las rutas para las faenas no están habilitadas".
Agregó que afortunadamente no hay problemas de abastecimiento. "En general todo funciona bien, pero en el campamento no sabemos mucho qué pasa afuera porque no podemos bajar", agregó.
Hasta relámpagos
Claudio Aguilera es ingeniero especialista en Monitoreo de Condiciones en Chuquicamata y es oriundo de Hualpén.
Aseguró que las lluvias se concentraban entre las 17.00 y 20.00 horas. "Es como una precipitación en Conce, pero con rayos y relámpagos muy fuerte. Daba un poco de miedo", sostuvo.
El trabajador añadió que "las faenas están afectadas por inundaciones, socavamientos y deslizamientos de tierra. Sé que hay gente que sigue aislada y que vive en localidades como Collahuasi o Quebrada Blanca".
Por su parte, Andrea Briones es una penquista que hace 14 años vive en Calama. Lo que más ha sufrido es el corte del agua. "Como vivo en un segundo piso, las lluvias no nos afectaron tanto, pero sí el no tener agua por algunos días. Ahora se ha normalizado".
Briones añadió que "en 2014 hubo una nevazón, pero precipitaciones como ésta nunca se habían visto. Calama no es una ciudad que esté preparada para las lluvias".
Efectos de la catástrofe
Suspensión de faenas mineras en Chuquicamata y más de 100 viviendas afectadas tanto en Calama como en San Pedro de Atacama son algunos de los efectos de las precipitaciones en la zona. "Nos quedamos sin agua en algún momento y menos mal que no estamos en etapa escolar. El hospital también tuvo problemas para funcionar pero hoy está bien", señaló Andrea Briones, penquista radicada en Calama.
8 de febrero fue la fecha en que el gobierno decretó Zona de Catástrofe en provincia de El Loa.