Las vacaciones son una excelente ocasión para que la familia pueda fortalecer sus lazos. La relación de madres, padres y cuidadores de niños y niñas se verá notablemente beneficiada, si durante este periodo se aprovecha el tiempo para compartir de manera lúdica y educativa distintas actividades. La idea es que todos puedan desarrollar su personalidad, potenciar sus habilidades, responder las inquietudes de los más pequeños, divertirse con ellos y, sobre todo, entregarles mucho afecto.

Es cierto que las vacaciones de verano son mucho más prolongadas para los niños que para los padres que trabajan, sin embargo, se pueden planificar horarios con actividades que permitan salir de la rutina del año, con el objetivo de enriquecer el tiempo en familia. Cualquiera sea el lugar en donde esté, aprovechar el tiempo para salir a pasear y conversar con los niños es fundamental para saber lo que piensan o creen, porque escuchar sus opiniones los hace sentir importantes y aumenta su autoestima.

En los paseos, por ejemplo, recoja elementos de la naturaleza: piedritas, ramas, hojas, y sugiérales poner atención a lo siguiente: ¿Cuáles se parecen? Seguramente van a dar sus propias razones: "Son del mismo color", "tienen la misma forma". Cualquiera sea su respuesta, respete sus criterios, porque así desarrollan el lenguaje que les permitirá clasificar y se sentirán valorados. También pueden jugar a saltar alto o bajo, caminar a grandes trancos o en pequeños pasos, así ellos empiezan a tener nociones de medidas y se genera un aprendizaje significativo. Se trata de brindar tiempo "de calidad", ese que los niños recordarán toda la vida.

Concepción

Talcahuano

Tomé

Cañete

Arauco

Curanilahue

Lebu