Calles del centro son un verdadero urinario
Trabajadores afirman que siempre tienen que limpiar por el mal olor. Piden más respeto.
Los suplementeros del centro de Concepción no solo están presentes para vender confites, bebidas, diarios o revistas, ya que con el paso de los años ha debido sumar una labor obligatoria: eliminar el olor a orina durante las mañanas.
Los vendedores aseguran que todos los días ocurre lo mismo y que sus lugares de trabajo son usados como urinario público. Dicen estar resignados a vivir con ello, ya que nadie controla a las personas que orinan, usualmente de noche.
Baldes con agua, cloro y otros implementos es lo que se utiliza para no tener mayores inconvenientes con los clientes.
Preparados para asear
Jorge Ochoa está en el quiosco de Caupolicán con O'Higgins desde 1975. Señaló que "son urinarios públicos. Todos los que están cerca de la plaza son los preferidos. Converso con colegas y la situación es la misma. ¿Qué podemos pedir? Si en la noche nadie los va a controlar porque es de nadie. A veces hasta han defecado".
Agregó que "hay resignación porque se trata de algo cultural más que nada. Uno puede decir que la gente tiene que aprender a respetar porque nuestra labor la desempeñamos diariamente. Aparte que hay que ir a la plaza a buscar agua".
Rosa Arias, quien trabaja en Aníbal Pinto con O'Higgins, contó que "hasta en los candados orinan. Tengo cloro y botellas con agua reservadas para hacer aseo. Llevo 40 años y la situación no cambia. De hecho, la mayoría de los quioscos están podridos debido a que no tienen limpieza. Se corroen".
Añadió que "son personas que toman, beben y orinan en la calle. Cuando bajan las cortinas de los locales pueden hasta orinar en pleno día. Tendrían que darse cuenta que no sólo nos dañan a nosotros, sino también a la ciudad".
Municipio
Desde el municipio se informó que "no existe ordenanza municipal al respecto" y que "para este tipo de casos está facultado aplicar el Código Penal. Sin embargo, es poco habitual que se sorprenda infraganti a las personas que lo hacen".
1975 es el año en que Jorge Ochoa comenzó a trabajar en quioscos. Hoy está en Caupolicán.