Buena tendencia: cosmética no testeada en animales

De seguro, más de alguna vez han escuchado el término "no testeado en animales" o han leído en un producto cosmético "cruelty free"; y es que hoy en día la cosmética no testeada en animales se ha transformado en una tendencia que suma cada día más seguidores a nivel nacional.

Pero, ¿qué significa que un producto cosmético sea testeado en animales? Significa que se realizan pruebas en animales vivos, con el propósito de comprobar si los ingredientes o el producto final tienen algún efecto negativo al utilizarlos en humanos, ya sean reacciones alérgicas u otro tipo de consecuencias.

Este tipo de pruebas se pueden realizar de forma artificial sin problema alguno; razón por la cual, son las consumidoras quienes tienen la última palabra a la hora de comprar.

Hoy en día la certificación de productos cosméticos es entregada por organizaciones internacionales como: Leaping Bunny, PETA, BIDH Alemania, One Voice, Kara, entre otras.

Entre las marcas cosméticas certificadas a las cuales se puede acceder en el mercado penquista, se encuentran: Petrizzio (marca nacional de maquillaje, fragancias y cuidado de la piel), Burt´s Bees (marca norteamericana que trabaja con cera de abeja y aceites vegetales; ventas en Falabella y Salcobrand), Monoi Tahití (marca que trabaja con una línea capilar y protección solar, Bellápierre (cosmética mineral de uso profesional), Essence (una de las marcas cosméticas más vendidas en las tiendas DBS Beauty Store).

Sergio Gamonal V.

Scarlette Pantoja Parra (20) era aún una niña cuando nació su primer sobrino y, junto a su hermana, le tocó vivir los malestares del bebé durante la aparición de sus primeros dientes. No había forma de calmarle, hasta que, según cuenta la joven coronelina, echaron mano a un ancestral "truco" que les recomendó la abuela.

"Mi abuelita, que vivía en Colcura, nos decía que cuando tuviéramos un bebé fuéramos a buscar cochayuyo, lo laváramos bien y se lo pasáramos para aliviarle los dolores durante la dentición. Entonces lo probamos y le hizo bien, disminuyó el dolor y la picazón", relata la estudiante de Administración Pública del CFT Lota-Arauco.

La receta funcionó con sus otros dos sobrinos, el más pequeño hoy de dos años, por lo que, cuando surgió la oportunidad, decidió expandir este "secreto casero" y transformarlo en un producto atractivo y 100% natural para calmar las molestias de las guaguas durante el periodo de dentición: el mordeyuyo, un mordedor infantil hecho de cochayuyo con una bandana de algodón con distintos diseños.

"En el CFT Lota-Arauco, donde estudio, me dieron la oportunidad de emprender y lo hice. Así nació Mordeyuyo", afirma, destacando que "no sólo es una alternativa natural a los mordedores plásticos, el cochayuyo es también rico en vitaminas, calcio, fibra y sales minerales".

Y, además, producto regional: la materia prima -el alga- la consigue con un proveedor de Tirúa, la que luego trabaja para darle la forma adecuada para que el bebé lo pueda morder, explica. "Mis clientas, que son las mamitas, me dicen que aparte de innovador, les ayuda a que los bebés estén más tranquilos, les alivia el proceso de dentición. También les gustan los diseños y dicen que están súper contentas con el mordedor", comenta.

Crecimiento

Con el apoyo de la casa de estudios, la iniciativa de la estudiante está postulando al Fondo de Desarrollo Institucional (FDI) y también al financiamiento de tesis innovadoras del Comité de Desarrollo Productivo. Los mordeyuyos, que lanzó hace sólo tres meses, los ha presentado ya en ferias de emprendimiento y este fin de semana serán parte del Clóset de Julieta, lo que la tiene muy entusiasmada. "Se ha ido visibilizando el producto también en Instagram, en Facebook, por mis amigos, por las mamitas que me compran. Ya se está haciendo conocido".