Mario Saavedra Ponss
Alrededor de dos horas de viaje en micro debe realizar a diario una madre junto a su hija que se desplaza en silla de ruedas. El traslado se inicia desde el sector Ranguelmó, en el límite entre las regiones de Ñuble y Biobío, para poder trasladarla hasta su colegio en la comuna de Tomé, en donde atienden sus necesidades especiales. Además de ese ya largo recorrido, deben ir, al menos una vez por semana, hasta el centro de rehabilitación que la Fundación Teletón mantiene en San Pedro de la Paz, en un viaje en el que deben tomar distintas locomociones, con la incomodidad que además ello conlleva.
Muchas veces, explicó Marta Villarroel a La Estrella, deben esperar a la orilla de la carretera cuando deben abordar la locomoción, exponiéndose a accidentes de tránsito por el paso de grandes camiones forestales. Indicó que "el problema más grande es cuando las micros simplemente no nos paran, porque es difícil transportar una silla de ruedas y puede resultar incómodo para los choferes tener que esperar cuando subimos". Por ello, hizo un sentido llamado a tener más empatía con quienes necesitan realizar este tipo de traslados.
Cuidados especiales
Marta aclaró que su hijita presenta una serie de enfermedades, entre ellas una macrocefalia y un retardo psicomotor severo, que por supuesto requiere de cuidados muy especiales.
Villarroel señaló que "estamos yendo cuatro veces mensuales a la Teletón y estamos viajando unos sesenta kilómetros diarios a Tomé, en donde está su escuela especial, que está en el centro de la comuna. Ya llevamos quince años realizando estos traslados y en la medida en la que ella ha ido creciendo, los viajes se han hecho más agotadores para ella y para mí. Me cuesta mucho subirla a los buses y su cuerpo se maltrata con eso. Hay veces en las que simplemente los conductores no nos han traído".
Para poder evitar los traslados, la aproblemada madre señaló que "estamos postulando para obtener una vivienda y así poder cambiarnos a Tomé, o algún sector en el que nos quede más cerca llegar a su colegio, pero actualmente no hemos alcanzado los puntajes que se piden. Por eso nos gustaría que las autoridades consideraran nuestra complicada situación y los problemas de salud que tiene mi hija".
30 kilómetros hay entre Ranguelmo y Tomé y la locomoción es escasa, según relató la madre.
18 años tiene la joven que, necesita cuidados. Mamá dijo que los viajes maltratan su cuerpo.