La lengua de Cervantes, es el idioma oficial en más de 20 países y es el idioma materno de 400 millones de personas, además de otros 100 millones que lo hablan como segunda lengua. Todo tiempo pasado fue mejor, dicen los puristas, tal vez... lo incuestionable es que los tiempos cambian y eso no se puede evitar. El mundo entero conversa por internet con el resto del planeta, sin frontera alguna, en mezclas de idiomas, que son fusiones nuevas, parchadas, inventadas, pero reales.

Este idioma fabuloso, el de Neruda y la Mistral, nos permite entender todo: nuestra identidad étnica que hoy se mueve a la velocidad de la luz, pues miles de familias toman sus maletas, hijos, costumbres, idiomas, religiones y comidas y arman sus "nidos" a kilómetros del original; ¿cómo entonces podríamos basarnos en las mismas reglas de hace 20 años? Se han perdido las fronteras geográficas, se han diluido y el mundo está unido en un lenguaje que se las arregla para existir con sus diferencias y matices.

Borges, tan sabio, decía que "el lenguaje no lo hace ni la academia, ni el poder, ni los letrados, ni los escritores; lo hacen los pescadores, los trabajadores, los caballeros y, por sobre todo, los tipos sinceros".

¿Sería necesario agregar algo más? No lo creo, el idioma, con su maravillosa diversidad, tiene por objetivo comunicar al ser humano con otros, de la manera más honesta posible.

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