La historia de las mujeres que fallecieron en trágico incendio
Las recuerdan como personas trabajadoras, con vidas llenas de esfuerzo para sacar adelante a sus familias.
Esforzadas ex trabajadoras del Gran Concepción, de rubros industriales, comerciales o del mundo de la educación, compartían sus días al interior de la casa de reposo Santa Marta de Chiguayante. Tras la tragedia que le costó la vida a diez de estas mujeres, parte de sus familias decidieron compartir con La Estrella tanto sus historias, como los lazos de amistad que crearon al interior del siniestrado Centro de Larga Estadía para el Adulto Mayor.
Ex huachipatina
Macarena Cuevas, nieta de Laurentina Espinoza Irribarra, recordó a su abuela como una mujer empoderada e inteligente. "Ella, tras divorciarse, sacó adelante a sus cuatro hijos solo con su esfuerzo. Fue trabajadora de Huachipato por muchos años y jubiló allí. Llegó a la empresa al acompañar a una amiga suya a pedir trabajo como secretaria. Vivió gran parte de su vida en Talcahuano, pero luego se vino a Chiguayante para estar más cerca de su familia, en especial de nosotras sus nietas", indicó la joven.
Laurentina fue una mujer moderna, segura y muy inteligente, que aprovechó de conocer Chile tras jubilar, según la recordó su familiar. Añadió que "en tiempos en que no era bien visto estar sola, ella salió adelante. Era una mujer aferrada a la vida y nos demostraba su cariño invitándonos a almorzar los domingos, cocinándonos para que permaneciéramos unidos. También se preocupaba mucho por su salud, era de esas personas que al primer dolor de garganta iba al médico y, por lo mismo, le gustaba estar bien atendida en la casa de reposo".
Vega Monumental
Francisca Acuña, otra de las diez fallecidas, fue una de las fundadoras de la Vega Monumental de Concepción, según explicó su hijo Emilio Orias. "Mi madre se dedicó al comercio por alrededor de cincuenta años. Desde niña trabajó en la vega junto a sus papás y luego continuó el negocio. Ella comenzó cuando estaban en Caupolicán y luego siguió en el rubro con el traslado del recinto, junto a mi padre".
Emilio recordó a su mamá como una mujer esforzadísima y que, gracias a su empuje, él y sus hermanos pudieron estudiar.
"Recuerdo que ella comenzaba a trabajar alrededor de las tres de la mañana, porque así son los horarios de los feriantes de la Vega Monumental. Mi madre tenía una gran virtud y fue la de conseguir muchos logros en el rubro del comercio, pese a que nunca recibió educación para ello. Logró durante sus años, tener una gran cartera de clientes, por lo que se hizo muy conocida en Concepción. La querían mucho", indicó su hijo.
Profesora
Dentro de las víctimas fatales se encontraba también Elsa Hidalgo Rojas, profesora oriunda de la comuna de Florida. Según indicó Clementina, su hermana, "ella estudió en Santiago y trabajó haciendo clases en Melipilla, hacía el ramo de Religión. Allá tenía su casa, que aún está, pero viajaba siempre que podía para estar con nosotros. Recuerdo que casi todas sus vacaciones de verano, así como las de invierno, las pasaba acá, en el campo".
Clementina explicó que, en total, Elsa tuvo 13 hermanos. "Somos una familia numerosa y hacíamos muy entretenidas reuniones junto con ella, nosotros también la visitábamos harto. Era muy alegre".
Dueña de Casa
Profundo dolor existe entre los familiares y amigos de Marta Ruiz, quien fuera una conocida y querida vecina del Cerro Zaror y otros sectores de Talcahuano. De acuerdo al relato de su yerno, Dagoberto Esparza, "ella era una dueña de casa, una señora muy respetuosa y querida. Era oriunda de Coelemu y se casó con un funcionario de la Armada, por lo que viajó harto y estuvo viviendo en hartas partes, como en Valparaíso e incluso la Isla Quiriquina".
Según explicó su familiar, "nos han llamado de hartas partes, gente que la conoció hace muchos años para expresarnos su pesar, porque la conocían mucho y allá donde iba se hacía querer". Añadió que Marta tuvo una vida tranquila junto a los suyos y que a lo largo de su vida se esmeró por cuidar a sus cinco hijos. Actualmente tenía muchos nietos.
Peluquera
María Pérez Vidal, una de las diez víctimas de la tragedia de la casa de reposo Santa Marta, era oriunda de Cañete y una destacada peluquera del centro de esa ciudad. De hecho, ella y su esposo trabajaban en lo mismo y se establecieron con un local que se llenaba de clientes, según explicó Sara Valenzuela, una de sus sobrinas.
"Ella y mi tío fueron dos de los peluqueros más importantes que ha tenido Cañete. Nosotros somos conocidos acá, porque somos de las familias más antiguas, por lo que además somos muy unidos. Mi tía era una mujer muy trabajadora y cariñosa con sus hijos. Ella fue una muy buena madre, muy preocupada también de su hogar. Cuando uno entraba a su casa, siempre le gustaba que viéramos todo impecable", indicó la familiar de María Pérez.
Según recordó Sara Valenzuela, "en el año 2015 su casa se quemó en el gran incendio que afectó al centro de Cañete. En ese entonces ella había enviudado y la muerte de mi tío le afectó mucho. Después su salud se deterioró y actualmente estaba en la casa de reposo recibiendo todos los cuidados que necesitaba. Nos preocupábamos mucho de que estuviera bien".
A la espera
De acuerdo a los antecedentes entregados por los familiares de las víctimas, la mayoría de ellas se habían hecho muy amigas al interior del centro, especialmente por las actividades que realizaban al interior de la casa de reposo y en las que muchos de sus seres queridos tuvieron oportunidad de compartir mientras las visitaban en el recinto ubicado en Chiguayante. Según explicaron, están a la espera de la información que les vaya entregando el Servicio Médico Legal de Concepción para poder comenzar con sus respectivos velorios y funerales.
"Mi madre se dedicó al comercio por más de cincuenta años".
Emilio Orias,, hijo de Francisca Acuña"
"Estaba en la casa de reposo recibiendo todos los cuidados que necesitaba"
Sara Valenzuela,, sobrina de María Pérez"