Las actuales generaciones están fuertemente influenciadas por las TICs, especialmente con el uso de smartphones. Frente a esto algunos docentes optan por la prohibición total de los celulares, al considerarlos elementos distractores o bien que no prestan mayor utilidad, sin investigar las formas en que se podrían integrar al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo, los teléfonos inteligentes puede ser gran ayuda en la sala de clases. Existen distintas tecnologías que se pueden adaptar a la enseñanza, como es el caso de la Realidad Aumentada, que surge en los años '90 desarrollado por investigadores norteamericanos para la empresa Boeing Inc. y cuyo concepto se refiere a llevar elementos virtuales a la realidad.

Otro ejemplo son los cuestionarios en tiempo real, donde los estudiantes, mediante el uso de su celular, puedan participar activamente, asegurando al docente el 100% de participación. Esto se complementa con análisis en pizarra con proyector data. Algunas aplicaciones útiles son Socrative, Mentimeter, que es más lúdica, y Kahoot. También los formularios de Google son útiles para desarrollar cuestionarios, permitiendo retroalimentación inmediata.

La técnica de codificar mediante QR ofrece la posibilidad de generar apuntes más dinámicos que amplíen los textos, que aporten material anexo al estudio o que incluyan videos presentados en clases.

Las tecnologías de las aplicaciones (Apps) permiten mejorar la calidad del aprendizaje mediante la colaboración y el trabajo en equipo, donde el verdadero protagonista es el estudiante, fomentando su creatividad, emprendimiento, mayor compromiso y cooperación mutua. El desafío es integrar celular al aprendizaje y no como algo negativo o distractor.

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