Sergio Gamonal V.
El primer videojuego con el que rayó Yanel Lizama Durán (24) fue Donkey Kong Country. Pasaba horas jugando en una Super Nintendo que había en su casa y, a los 9 años, logró concluirlo. "Cuando era pequeña fue como lo más importante que había hecho en mi vida: terminar el juego", comenta.
A los 4 años, Fernanda Flores Becerra (22) era fanática de Pokémon, particularmente de Pikachu. De ahí su alegría máxima cuando, sin saber bien qué era, le regalaron una Nintendo 64 edición coleccionista de Pokémon. "Ahí nació mi amor por las consolas y los juegos", afirma.
Ambas se conocieron estudiando Diseño Gráfico en DuocUC y compartían su fanatismo por los videojuegos. Ninguna pensaba entonces que podían convertir su pasión en su futuro profesional, pero el destino volvería a llevarlas por ese camino.
"Cuando salí de la carrera me fui a vivir a Santiago un año y me especialicé en construcción de páginas web", cuenta Yanel. "Me gustaba el área de la programación y me di cuenta que tenía mucho que ver con el desarrollo de videojuegos, y ahí empezó la idea de poder desarrollar un videojuego propio".
En Santiago volvió a coincidir con Fernanda, que sin tener claro aún qué quería hacer había dejado su carrera "en pausa". Allá se enteró de un curso de videojuegos que se estaba impartiendo en la Universidad de Chile y quiso probar. "Me terminó gustando bastante. Crear un videojuego no era tan difícil como creía, lo más difícil era conseguir las herramientas, pero ahí dije: genial, voy a hacer videojuegos porque realmente es lo que quiero hacer con mi vida".
Se había sembrado así la semilla que daría vida a Naintilium, la empresa que ambas formaron para dejar fluir y llevar a cabo sus ideas. "Fernanda me habló del curso que había hecho en la U de Chile y yo le conté de la idea que se me había ocurrido, y dijimos: bueno, al volver a Concepción vamos a formar nuestra idea acá", explica Yanel.
Crecimiento
En Santiago aprovecharon cada charla, curso gratuito, pagado, conversatorio y toda instancia relacionada con el tema gamer para alimentar esta pasión que floreció como Naintilium, y que hoy las tiene trabajando no sólo en la creación de su propio videojuego, sino además dictando talleres para que niños y adultos también aprendan a plasmar sus ideas en el computador.
"Como Naintilium queremos posicionarnos dentro de la región como una empresa de videojuegos, y fundada por mujeres, que también es algo que no se da mucho", subraya Yanel.
"Y enseñar -añade Fernanda-. A mí me encanta que los niños aprendan, que lleven a cabo sus ideas, esa es una meta principal. Y obviamente tener algún videojuego que a la gente le guste".
Hace unos días realizaron un taller en Biblioteca Viva que, comentan, tuvo bastante éxito. Ahora preparan uno mucho más completo que se extenderá del 23 al 27 de julio y que irá en dos jornadas: una para niños y niñas; otra para jóvenes y adultos, con diez cupos cada una. "El objetivo es que puedan desarrollar su videojuego desde cero, desde el papel hasta subirlo a la nube, que uno abra un link y ya pueda jugarlo", explican.
¿Qué se necesita para crear un videojuego? "Las ganas, la idea… y tener mucho tiempo", coinciden ambas. "Un juego te puede tomar de uno a varios años, debes tener el tiempo para poder dedicarte cien por ciento a él", precisa Yanel, a lo que Fernanda complementa: "A veces puedes arriesgar mucho y quedar con nada; pero a veces puedes arriesgar mucho y tener todo".
"Queremos posicionarnos en la región como una empresa de videojuegos fundada por mujeres"
Yanel Lizama Durán"