L. Contreras /M. Saavedra
Profundo dolor existe en Talcahuano y Penco, tras el fallecimiento de dos pescadores oriundos de dichas comunas, en el hundimiento de la embarcación en la que trabajaban en la bahía de Queilen, en Chiloé. Ambos hombres de mar, detalló la madre de uno de ellos, eran muy amigos y habían viajado al sur para conseguir mejores oportunidades laborales.
Se trata de Marcelo Herrera Muñoz (31) con domicilio en caleta Tumbes y David Marcelo Soto Burbao (46), de Lirquén. Los antecedentes proporcionados por la Armada indican que la tragedia se produjo alrededor de las cuatro de la madrugada de ayer. Según se detalló, la barcaza en la que se encontraban, de nombre "Art-Rigob", se encontraba fondeada en un estero, frente al segundo muelle de Queilen. El navío, de 24 metros de eslora, tenía además en su interior maxibolones de cemento.
Eugenio Bosque, capitán de puerto de Chonchi, mencionó que un testigo dio la alerta de lo ocurrido a la autoridad marítima. "El testigo salió a mirar y no vio a la embarcación que estaba al costado, allí avisó a la autoridad marítima y agregó que en el interior había dos personas y la última vez que los vio y habló con ellos fue aproximadamente a las 22 horas", indicó el oficial.
Se hundió con ellos
Con la cooperación de buzos comerciales, personal de la Armada constató que el navío se hundió con los oriundos de Talcahuano y Lirquén en su interior. Durante la mañana de ayer, se desarrolló un amplio operativo para rescatar los cuerpos de ambas víctimas.
Así lo relató Roger Guaquín, quien era uno de los tripulantes de la embarcación afectada y que pernoctó en tierra y que fue alertado del suceso por el alcalde de mar de la localidad.
El pescador explicó que "hicimos el buceo y entonces allí recuperamos a las dos únicas personas que estaban a bordo". Otro de los trabajadores ligados a la labor marítima de la barcaza, Henry Villalón, aseguró que en los instantes del suceso la nave contaba con 34 toneladas de carga.
Respecto a la situación en la que se encontraba la embarcación, el capitán de puerto Eugenio Bosque aclaró que contaba con permiso para navegar. Se precisó que la nave prestaba servicios de transporte a una empresa del rubro de la salmonicultura entre Queilen e isla Acui.
Preparan llegada
En Tumbes, los familiares y amigos de Marcelo Herrera Muñoz preparaban ayer la casa en donde recibirán el cuerpo del joven, cuando arribe desde Chiloé. Según indicó su madre, Carmen Muñoz, deja un pequeño de cuatro años y a dos hermanos. "Él era muy trabajador y muy buen hijo. Le ofrecieron una buena oportunidad, junto a su amigo que también falleció, aunque él es de Lirquén. Mi hijo se fue como motorista para allá y tuvo que sacar un permiso nuevo incluso", detalló.
Carmen agregó que "no podíamos creer que fuera él quien falleció, hasta que me llamaron de Capitanía de Puerto para confirmarme que era él quien estaba ahí en la barcaza. Sobre qué ocurrió no sabemos nada, pero queremos que se investigue. Ellos allá no estaban pescando, realizaban traslado para una empresa a la que le prestaba servicio la embarcación".