La salud reproductiva de la mujer adulta pasa por varias etapas, en las que una hormona llamada estrógeno juega un rol protagónico. A medida que transcurre el tiempo, existe una pérdida progresiva y fisiológica de esta hormona, lo que puede generar problemas en la salud.

La salud de la mujer ve más afectada en la etapa de la postmenopausia, cuando hay mayores riesgos de osteoporosis e inclusive de algunos tipos de cáncer.

Es por ello que hoy existen diversos tratamientos siendo uno de los más utilizados la terapia hormonal sustitutiva, tratamiento medicamentoso que se utiliza para tratar y/o prevenir los síntomas y patologías asociadas a la deficiencia de estrógenos.

Si bien es cierto este tratamiento es altamente efectivo, el resultado final se puede mejorar complementándolo con una alimentación adecuada. Eso no solo permite mejorar los síntomas de la posmenopausia o en todo el climaterio, sino que también ayuda a minimizar el riesgo de otras enfermedades tales como osteoporosis y algunos cánceres.

Los alimentos que se prescriben para estos síntomas o patologías asociadas son aquellos que presentan una estructura química y función similar a los estrógenos, tales como los fitoestrógenos, los que provienen principalmente de alimentos de origen vegetal y que estimulan la producción natural de estrógenos.

Dentro de ellos se encuentran los cereales como la avena, centeno, cebada, legumbres y también la soja y sus derivados. Asimismo, podemos encontrarlos en diferentes semillas como sésamo, amapola, girasol, y en verduras tales como cebolla, ajo, brócoli, pimientos, berenjenas y zanahoria.

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