Al buscar el concepto "ciudad sustentable" los resultados muestran el top cinco en el mundo: Copenhague, San Francisco, Melbourne, Toronto y Reykjavik. Pero, ¿qué iniciativas las hacen ser consideradas las más sustentables? Copenhague tiene más de 400 km de ciclovías, San Francisco fue una de las ciudades precursoras en la prohibición de las bolsas de plástico y también profesan la alimentación orgánica y natural, Reykjavik tiene el 95% de su energía dependiente de la geotérmica, Toronto exige, entre otras medidas, la segregación de sus residuos, y Melbourne disminuye sus emisiones de CO2.

Nuestro país también va en la dirección de la sustentabilidad, el gobierno actual realizó un compromiso presidencial de 190 km de ciclovías en distintas ciudades, se promulgó la ley de prohibir bolsas plásticas en zonas costeras, tenemos en el norte la primera planta geotérmica que se inauguró en septiembre del 2017. Y además existe la ley REP (Responsabilidad Extendida al Productor) que hace que seis tipos de residuos sean reciclados y con responsabilidad al productor o proveedor de dicho producto que lo genere. Entonces ¿qué nos falta para ser sustentables si las políticas existen? La respuesta está en las "3R", que en realidad debieran ser 4. ¿Por qué?, porque a las "R" de reducir, reutilizar y reciclar, debiera sumarse la de re-educar.

Necesitamos un mayor compromiso con estos temas, que sean incluidos en la educación formal, que nuestra población se haga cargo de la separación de sus residuos y que los municipios realicen retiro segregado para que esta cadena funcione. ¿Por qué todo esto? Porque nuestro planeta es finito, tenemos sólo uno y no podemos agotar los recursos que dejaremos a nuestros hijos y nietos.

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