Lotino construye un galeón para su restorán marino
La familia de Juan Faúndez se ha dedicado por décadas a trabajar en el mar, pero el emprendedor propone que Lota reoriente sus esfuerzos hacia el turismo.
"Suban a cubierta", invita Juan Faúndez mientras trabaja en lo que será una de las terrazas del restorán con forma de barco que construye en la caleta El Blanco, de Lota.
Aunque proviene de una familia de marineros, Juan asegura que "se vienen nubes negras para la pesca y hay que reorientarse". Por eso, explica que hay que apostar por el turismo en todo el Golfo de Arauco.
Linaje marino
"Somos cuarta o quinta generación de marineros; nuestros padres fueron balleneros, loberos, piratas, corsarios", cuenta entusiasmado Faúndez, que encabeza la asociación gremial de la caleta El Blanco, y por estos días intenta entusiasmar a otros para que se suban al barco del turismo que, afirma, tiene un gran futuro.
Tras darle muchas vueltas al asunto, Faúndez aprovechó que se desmantelaron las instalaciones de una empresa a quienes les pidió los escombros y se puso a construir un piso sin saber aún qué haría con esa edificación que, actualmente, está próxima a abrir como un local de comidas.
"Le dije a mi vieja que no me saque del mar porque yo voy a seguir luchando y haciendo lo mío, pero no explotando el mar ni los recursos, sino que explotando la historia", relata el microempresario, que finalmente decidió poner un restorán que represente todo lo auténtico de la caleta.
"Hoy no hay dónde ir a comer en Lota, pero a mí me carga salir de mi casa para ir a una casa igual, la gente quiere pasear, conocer algo distinto".
Oferta novedosa
La construcción está inspirada en los cientos de embarcaciones en los que Faúndez y la gente del sector ha trabajado toda la vida, tanto así que ni siquiera usó una plantilla y, aunque todavía la construcción está en proceso, ya captó la atención de los turistas, que se han acercado a tomar fotos a la fachada del futuro local.
Juan Faúndez dice que hace unas semanas estaba de cumpleaños e invitó a unos amigos, "uno sacó fotos y después las subió a Facebook, y resulta que el barco todavía ni lo terminamos, pero la gente ya lo vio en la redes sociales y ahora vienen a conocerlo así que yo los invito a pasar", cuenta.
La idea de Juan es dejarles un negocio a sus nietas para cuando sean grandes, "uno tiene que proyectarse y pensar en la próxima generación".
Su intención es que la oferta del establecimiento refleje la historia local, que en su decoración y propuesta hable de galeones, piratas y balleneros. La comida también debería concordar con esa línea. "Quiero destacar platos de la gastronomía local que está olvidados; la pescada seca machacada con aceite y que se come tomando mate, el pescado ahumado que es típico, cuando no teníamos plata comíamos maricos. El caldillo de piure es lo mejor para pasar la caña, quedas como nuevo", describe entusiasmado y cuenta que las pruebas que ha hecho con su familia y amigo es con curanto, "ésas son las comidas auténticas que quiero ofrecer".
El emprendedor asegura que la falta de apoyo monetario no lo desanimó, y se largó a construir 'El Buen Jesús', como se llama el galeón que lo inspiró, con la ayuda de su mujer y un puñado de amigos, "mis viejos piratas".
"Somos todos músicos, así que ya tenemos orquesta y una tarima lista para presentarnos", detalla entusiasmado.
En los 30 metros de largo y 11 de alto que tiene la construcción, Faúndez quiere rescatar la rica historia marina del Golfo de Arauco y quiere convencer a otros, "si queremos lo mejor para Lota hay que cambiar la mentalidad, adaptarnos".
"El turismo se viene a quedar y tiene que tener una historia verídica detrás"
Juan Faúndez,, microempresario lotino"