Es común creer que jugar al Amigo Secreto en Navidad es un acto informal, donde el regalo y los detalles no cuentan. Regalar es una actividad creativa e intensa y, desde la perspectiva de las Relaciones Públicas y la Etiqueta, la manera en la que entregamos o recibimos un obsequio dice mucho de nuestra buena educación y, es por esta razón, que es conveniente conocer el protocolo adecuado para evitar una mala imagen.

Los regalos son una forma de agradecer y complacer en un plano familiar o laboral. Así, en la oficina podemos dar una pésima imagen si descuidamos u olvidamos la acción de regalar, al momento de participar en esta tradicional actividad. Además, es importante considerar el monto que se establecerá, con reglas claras que permitan sugerir un monto concreto, con el fin de evitar inconformismos o decepciones.

Algunas alternativas que siempre gustan son: libros, música, chocolates o galletas especiales, vinos de cepas atractivas de alguna viña boutique, espumantes de viñas nacionales o locales, accesorios para vino o bar si es varón. También están los objetos de decoración o plantas, dependiendo del tipo de persona a la que vamos a agasajar.

Asimismo, no olvidar la presentación, una envoltura elegante y linda es muy importante. Nunca debemos dar un obsequio sin ella.

Sin duda, la acción de regalar implica tiempo y observación de nuestro Amigo Secreto, para que nuestro regalo no se transforme en invisible.

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