Juan Pablo Fariña López
Una nueva víctima fatal aumentó a once la lista de fallecidos por la tragedia que enluta de Tirúa y a la región. Se trata del kinesiólogo Carlos Martínez González, de 31 años, quien se mantenía en riesgo vital en el Hospital de Temuco tras el volcamiento del bus que trasladaba a agentes de salud mapuche y funcionarios del Cesfam de Tirúa, en la ruta entre Victoria y Curacautín.
Pasadas las 21 horas de anoche, el gobernador de la provincia de Cautín, Ricardo Chancerel, confirmó el fallecimiento del joven profesional, quien resultó gravemente herido y fue trasladado la misma noche del sábado al recinto asistencia de Temuco.
"Carlos falleció, lamentablemente. Su familia había viajado desde Tirúa a estar con él así es que pudo dar la batalla en compañía de ellos, que también pudieron despedirse", afirmó el gobernador.
"Estaba con un politraumatismo producto del accidente y a pesar de que se hizo lo humanamente posible, con todo lo tecnológico disponible en el recinto, lamentablemente el paciente falleció", señaló a su vez el seremi de Salud de la Araucanía, Carlos González.
El querido kinesiólogo, quien llevaba siete años trabajando en Tirúa, fue uno de los miembros de la delegación de funcionarios de salud y adultos mayores con conocimientos de sabiduría ancestral mapuche que había viajado el jueves pasado hasta la localidad de Icalma, en Lonquimay, para participar de un trafkintu de conocimientos y técnicas medicinales.
Según confirmó la directora del Cesfam de Tirúa, Marcela Fierro, el profesional era oriundo de Concepción se encontraba residiendo en Quidico debido a su trabajo en el recinto de salud.
Uno de los amigos cercanos de Carlos, quien pidió reserva de su identidad, contó que "él era de Lorenzo Arenas y luego su familia se cambió a Lomas de San Sebastián. Estudió después en la Universidad San Sebastián, en donde siempre destacó por ser muy solidario. Él estaba viviendo en Tirúa últimamente por su trabajo", añadió.
Daniela Silva, amiga del colegio del joven, indicó a su vez que "él fue alumno del Kingston College, muy amigo de sus amigos. Amante de las pichangas, de reunir a todos. Era muy fanático de la Católica".
El domingo, el alcalde de Tirúa, Adolfo Millabur, contó a los medios que el kinesiólogo era "muy querido por la comunidad, por su constante trabajo con los lawentuchefes y las machis, además de los componedores de huesos, con quienes se dicen colegas, porque se derivan los pacientes de uno al otro".
"Cuando él como kinesiólogo no tenía las capacidades para abordar una determinada dolencia, le mandaba el paciente a un componedor, y también viceversa", expresó.
Adiós en tirúa
El fallecimiento del joven profesional causó aun más pesar y dolor en la comunidad de Tirúa, donde ayer familiares y amigos de las otras diez víctimas del accidente realizaban, en diversos sectores rurales o cercanos a la comuna, los velatorios para despedir a sus seres queridos, en medio de momentos de profundo dolor y numerosas muestras de cariño.
En Quidico, decenas de colegas y amigos de la familia llegaron al velorio de María Vergara Vidal, una de las víctimas de la tragedia. La mujer, madre de dos hijos, era técnico en enfermería y visitaba a pacientes postrados. Su hermano Felipe, que también trabaja en el Cesfam local, sostuvo que "su labor principal era el trabajo con la comunidad, atención a domicilio a pacientes postrados y participaba en las actividades organizacionales. Ella tenía mucha cercanía y empatía con la gente, por eso también viajó a Icalma con el resto, para participar del trafkintü y compartir experiencias".
Un poco más al norte de Quidico, en la comunidad Lorenzo Pilquimán de Lolcura, se le daba el último adiós a Ana Colipi Pilquimán, gestora del programa intercultural del Cesfam, y su madre, Carmen Pilquimán Mariñán, que era lawentuchefe.
"Esto fue una tragedia muy triste para todos. El legado que nos dejan es tratar de seguir mejorando y trabajando en nuestras funciones", dijo José Linco, concejal de la zona quien estaba casado con Ana y era yerno de Carmen.
"Ha sido impresionante la gratitud de la gente hacia las personas que partieron, en particular a mi compañera. La aplaudieron cuando la trajimos en caravana hasta aquí y eso es gratificante, ella fue un aporte para la comunidad hasta el final", destacó.
"Sin duda la gente reproduce con cariño a los agentes de salud mapuche y es un avance para nuestro pueblo. Las personas venían a atenderse hasta esta misma casa y acá se les hacía remedios en base a hierbas. Nunca es tarde, ahora quedamos nosotros y vamos a seguir nuestra labor para el sector y la sociedad", agregó.
pérdida cultural
Además de calar hondo en la población cercana a Tirúa, el fallecimiento de los agentes culturales mapuche es un traspié enorme al Cesfam, ya que consideraban la presencia de estas personas como una pieza fundamental para el programa intercultural.
"Es un equipo humano que tenía mucho conocimiento y es lamentable que eso se pierda", sostuvo Marcela Fierro, directora del Cesfam de Tirúa.
"Ellos estaban en Icalma para aprender del trabajo de otros en el trafkintü, que es un intercambio de hierbas medicinales y reconocimiento. Acá se les consultaba todo, es decir, cómo hacer una ceremonia y sus detalles. En ese sentido eran un soporte muy importante para mantener un vínculo cercano con las comunidades y acá en Tirúa generaban mucha confianza. Llevábamos mucho tiempo trabajando juntos y todos eran importantes en sus áreas", añadió.
Felipe Vergara, funcionario del recinto de salud y muy cercano a los agentes de salud, señaló que "el hecho de perder a nuestros colegas es grave, pero también se nos va mucho en conocimiento".
"Por ejemplo Prosperino Huenupil, además del trabajo con nosotros en temas como la orientación para tratar con los agentes culturales, puesto que todos trabajamos en paralelo y no los institucionalizamos, se encargaba de enseñar en colegios o liceos. Se daban el tiempo para compartir su sabiduría y eso era muy valorable, se les respetaba tanto como un médico", subrayó.
"Era muy amigo de sus amigos, amante de las pichangas, de reunir a todos".
Daniela Silva,, amiga de Carlos"
"Ha sido impresionante la gratitud de la gente hacia las personas que partieron"
José Linco,, concejal y familiar de, dos de las víctimas"
"Ellos eran un soporte muy importante para mantener un vínculo cercano con las comunidades".
Marcela Fierro,, directora Cesfam de Tirúa"