Frases como "¡me hackearon el auto!" serán frecuentes de escuchar. Con la implantación definitiva de IPv6 y la llegada de IoT, la conexión de múltiples dispositivos a la red generará nuevas preocupaciones para el común de las personas.

Imaginen que una mañana despiertan, y su SmartTV se encuentra bloqueado o su cafetera se fundió por la noche...pequeños detalles que nos pueden hacer la vida complicada. Pues bien, el hecho de conectar dispositivos de uso cotidiano a la red puede volver realidad estas amenazas.

A nivel corporativo, el gran manejo de información sensible hace imperante su manejo responsable, al punto que se ha prohibido a nivel mundial la conexión de equipos médicos y, por ejemplo, marcapasos, mediante IoT. Después de casi veinte años, Chile por fin se adhiere al Acuerdo de Budapest, lo cual muestra una preocupación real por parte del Estado acerca de la precaria legislación sobre delitos informáticos que existía en nuestro país.

Hace unos meses un ataque puso de rodillas diversos sistemas, explorando la mayor debilidad de los mismos, el usuario. Podemos firmar decenas de acuerdo, configurar protocolos de seguridad de primer nivel, pero el usuario seguirá siendo el talón de Aquiles. Es por esto que la educación informática es un pilar fundamental de cualquier medida de seguridad, convirtiendo la Ingeniería Social en un área de gran interés.

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