La forma en la que consumimos música ha cambiado mucho desde la época de los reproductores MP3, iPod y dispositivos similares. Tras la irrupción de los smartphones al mercado masivo, nuestros teléfonos se han ido transformando de a poco en centros multimedia, eliminando la necesidad de contar con dispositivos específicos para cada tarea. Pero la industria de la música está viviendo otro cambio crítico, de la mano de la tecnología y las redes de datos móviles: los servicios de streaming.

Ya no es necesario descargar canciones o discos y traspasarlos a nuestros dispositivos para poder disfrutar de nuestros artistas favoritos. El streaming, o transmisión de datos, permite acceder a masivas bibliotecas de artistas, todo dentro de un marco legal. Hoy, los líderes en streaming de música son las aplicaciones Spotify y Tidal.

Spotify ofrece un servicio gratuito que permite elegir artistas o listas de reproducción particulares, mientras que su versión de pago ($3.490 mensuales) permite seleccionar canciones específicas, adelantarlas sin límites y deshacerse de la publicidad.

Menos popular en Chile, pero con una creciente base de usuarios, se encuentra Tidal. La plataforma, propiedad del rapero estadounidense Jay Z, ofrece un servicio básico ($3.090 al mes) con calidad de audio estándar y acceso exclusivo a videos y eventos en vivo. ¿Qué lo diferencia de su competencia? Su servicio premium ($6.198 al mes) ofrece audio y videos de alta definición, enfocado en los usuarios que quieren la mayor calidad posible vía streaming.

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