Las principales consecuencias de una mala alimentación durante tantos días son la acidez, la pesadez estomacal y, peor aún, los kilos de sobrepeso, que generalmente cuesta mucho bajarlos.

Para volver a un estado "normal de salud", es primordial tener en cuenta que lo que acumulamos en varios días no lo perderemos en uno solo, por tanto, debemos considerar que la constancia en los días posteriores a las fiestas será clave para recuperarnos.

Lo primero que debemos "sacar" de nuestro organismo es el exceso de proteínas -proveniente, principalmente, de la carne- y de grasa y carbohidratos, debido al exceso de alcohol y empanadas. Esto implica, tener una alimentación sana a base de fibra, vitaminas y minerales. Aumentar el consumo de ensaladas (verduras de hojas verdes, como lechugas, achicorias, acelgas y espinacas) y carnes blancas y magras, como pescado cocinado al vapor o cocido al horno.

Y por sobre todo, tomar abundante líquido, idealmente agua pura, partiendo en ayunas para luego seguir durante todo el día, alternando agua fría por la mañana y agua tibia al comenzar la ingesta de alimentos. Evitar el consumo de té, café y bebidas colas.

En relación a los hábitos domésticos podemos considerar: dormir al menos ocho horas diarias; comenzar con un desayuno saludable incorporando frutas o zumos, no dejando pasar más de una hora después de haber despertado; y realizar deporte en el tiempo libre.

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