El importantísimo papel de las iglesias en la vida comunitaria
Diversas iglesias ponen su granito de arena para ser un real aporte en las comunidades, con actividades para todos.
Las iglesias, más allá de su confesión particular o su función espiritual, se constituyen en los barrios del Gran Concepción y la Provincia de Arauco, en importantísimos centros de articulación social. A su alero surgen diversas agrupaciones infantiles, juveniles y de la tercera edad, entre otras, todas las cuales estrechan lazos en la comunidad y ayudan a generar más ciudadanía.
Uno de estos sitios es la Parroquia Sagrados Corazones, ubicada en Talcahuano hace más de 50 años. Dicha iglesia realiza diversas actividades recreativas y solidarias, tanto para feligreses como para gente ajena a sus creencias, como es el programa ruta-calle. Éste consiste en alimentar todos los días a personas sin hogar.
Sobre cómo es la relación con el entorno, el párroco Claudio Soto sostuvo que "no se entiende una parroquia sin el contacto con la comunidad. Ya sea con los propios fieles católicos, como con todo el vecindario. Por eso tenemos muy buenas relaciones con agrupaciones como juntas de vecinos y escuelas. Procuramos tener presencia en las reuniones a las que, como vecinos, somos invitados. No queremos vivir nuestra fe encerrados en el templo, queremos estar abiertos a toda la comunidad".
Al ser consultado por el rol que más valora de la parroquia, apuntó: "Nuestra primera misión es dar testimonio de nuestra fe en medio de los vecinos. Esto puede ser de diversos modos. Toda la vida sacramental y litúrgica es una faceta importante, pero inseparable a lo anterior es la ayuda a nuestros vecinos, que se concreta mediante visita a enfermos, ayuda social a grupos de adultos mayores, parejas o niños".
El rol de educar
En Hualpén, en tanto, se encuentra el Templo Evangélico Iglesia de Dios Pentecostal, ubicado en avenida Gran Bretaña. Allí la labor se enfoca una alternativa de superación para las familias, en un sector marcado por el esfuerzo y el sacrificio.
"Como pastor tengo la tarea de impartir la enseñanza bíblica a la congregación por medio de un evangelio integral, es decir, sumando el área afectiva, social y educacional. Los feligreses son muy perseverantes y luchan por los objetivos que se ponen en mente", manifestó el pastor Roberto Rojas, quien agregó que "uno en cada sermón incide en la vida de los otros y la iglesia debe educar. La comunidad de acá tiene muchas necesidades y no debemos quedarnos en el pregón del evangelio, hay que ser más concretos prestando servicios".
Por su parte, en pleno centro penquista, el Convento San José de los capuchinos, ubicado en Lincoyán con Maipú, es uno de los lugares más característicos por su llamativa arquitectura y la alta cifra de personas que lo visitan.
"Con el terremoto del '60 se cayó todo y el templo tuvo que ser reconstruido. Anteriormente era muy diferente y en la inauguración el constructor dijo que si volvía a ocurrir un sismo grande, la iglesia serviría para protegerse y así fue, ya que para el 2010 no tuvo ningún daño", explicó el padre Eulalio Cabodevilla.
Sobre las actividades que efectúan, el religioso sostuvo que "en la parte social tenemos un comedor al que llegan unas 60 personas por día. Después de eso también recibimos a gente del comercio, que no tiene dónde ir a comer lo que traen de sus casas porque cierran sus locales. Lo otro es que facilitamos nuestras instalaciones sin mirar el credo religioso, para distintas agrupaciones de jóvenes e incluso sindicatos de trabajadores".
"Nuestra primera misión es dar testimonio de fe en medio de los vecinos"
Claudio Soto,, párroco Sagrados Corazones"
"No debemos quedarnos en el pregón del evangelio, hay que ser más concretos "
Roberto Rojas,, pastor Iglesia de Dios Pentecostal"