Manuel Muñoz González
Con algo de cansancio, pero con la satisfacción de decir "meta cumplida", arribó ayer al país y anoche a la región el flamante campeón mundial paralímpico juvenil, Mauricio Orrego. El muchacho de 17 años trajo consigo la medalla que lo consagró como el más capo en los 1.500 metros, categoría T46, con tiempo de 4 minutos, 21 segundos y 42 centésimas, venciendo por estrecho margen al británico Luke Nutall.
Un título mundial que llenó de elogios al oriundo de Hualpén, quien bien piolita se las arregló para estar en la cita mundial juvenil que se realizó en la ciudad de Nottwil, Suiza.
A puro ñeque
El logro no tiene otro sinónimo que el de "esfuerzo", pues desde que comenzó en el atletismo se las ha arreglado para entrenar y dejar en el olvido lo que para otro habría sido un impedimento: una paresia (parálisis) braquial obstétrica en su brazo izquierdo. "Es algo que viene desde mi nacimiento", asegura
Y para prepararse y entrenar, el apoyo familiar ha sido clave, como ocurrió en su preparación para el mundial y también para juntar dinero y poder viajar a Suiza. "Mi familia organizó un mate criollo, con lo que pudimos juntar unos pesos para el viaje. La preparación corrió por cuenta mía y de mi familia, y la Federación costeó los pasajes, la estadía y la alimentación", detalla.
Bajo las órdenes de Jorge Grosser, Mauricio le agarró el gustito a las pruebas de fondo y mediofondo, aunque igual le hace a la velocidad, como lo demostró en los 400 metros en el mundial, en los que remató cuarto. "Las pruebas de velocidad no me gustan tanto, lo mío es el fondo y mediofondo", explica.
Pero no siempre fue el atletismo su pasión. "Antes pasé por otros deportes, practiqué un tiempo canotaje, jugaba fútbol. El atletismo no ha sido mi único deporte, pero es el que más me ha gustado y el que me ha dado mejores resultados", añade el estudiante de 4º medio del liceo La Asunción de Talcahuano, recinto del que igual dice estar agradecido. "He contado con todo su apoyo para competir en cuanto a permisos".
Más allá de los apoyos, para Mauricio, las ganas, la dedicación y el trabajo al final terminan rindiendo frutos. "Yo creo que nada es imposible. Hay que trabajar duro para conseguir algo, con trabajo siempre se consiguen cosas importantes", cerró.