Desafíos competitivos para una nueva Región
La creación de la Región de Ñuble si bien es un proceso que en lo formal se encuentra en ciernes, en lo que a factores que propician que un territorio se constituya en región respecta, obedece a un camino de larga data, que en general da cuenta de identidades territoriales que, en un país centralista como Chile, no se tienden a recoger muy bien, obviando el fortalecimiento de la diversidad territorial como un factor singular de competitividad.
En efecto, la Región del Biobío, como la generalidad de Chile, se ha signado por una diversidad territorial que ha constituido siempre potencial latente para fortalecer su competitividad. En este contexto, el territorio de Ñuble emerge con cualidades muy distintivas respecto de lo que se evidencia en Arauco, Bío Bío y Concepción. Esas cualidades distintivas, sumadas a una identidad ñublensina muy marcada, propician a su vez el surgimiento de Ñuble como región.
En esto, los desafíos competitivos para Ñuble dicen relación con la forma en que la región ha de fortalecer procesos competitivos con creciente consideración por la identidad territorial, utilizando la diversidad como un factor clave para su inserción en los mercados globales, con miras a generar un desarrollo que se extienda armónicamente por todo el territorio y no concentre beneficios en un núcleo central, en desmedro y retraso de territorios periféricos.
Aquí tres factores serían críticos. Primero, fortalecer una red productiva que eslabone a pequeños productores de toda la región a los grandes establecimientos del territorio, generando sinergia competitiva y difusión de beneficios. Segundo, eslabonar capacidades productivas con una educación que promueva la identidad en un desarrollo singular de todo el territorio. Y tercero, desenvolver en las políticas sintonía fina con su aplicación en cada territorio, con creciente participación y descentralización en la toma de decisiones.