Bombero de 85 años acude a las emergencias sobre una bicicleta
Arnaldo San Martín asegura: "A mi edad aún siento adrenalina cuando suena la alarma". En el contexto del "Día del Bombero", La Estrella recolectó varias de las historias destacadas sobre voluntarios de la zona.
Desde la década de los sesenta que hoy es un día especial para miles de personas en Chile. Específicamente de 1962, cuando el entonces presidente Jorge Alessandri Rodríguez, decretó que el 30 de junio fuera el "Día del Bombero", recordando la fecha en que se formó la Primera Compañía de Valparaíso (1851).
Esta fecha, que queda en la memoria, forma parte de una gran historia de solidaridad, esfuerzo, nobleza y sacrificio, la que se agiganta con el paso del tiempo y a la que los voluntarios aportan con sus vivencias personales.
Es el caso de Arnaldo San Martín, quien a sus 85 años permanece activo en la institución a la que se unió hace más de cinco décadas. "Fui voluntario en Chillán, cuando era estudiante. Posteriormente me vine a Concepción y allí partió toda la historia", afirma el capitán fundador de la Tercera Compañía de Chiguayante, en 1965.
"Todo partió porque yo fui presidente de la junta de vecinos y allí nos percatamos que había mucho incendio de pastizal y estaban lejos de las otras compañías. Empezamos con una brigada y allí crecimos", dice.
Luego de ello, la Compañía ubicada en Manquimávida empezó a sumar voluntarios y comenzaron a llegar los recursos. Hoy, cuando la mayoría prefiere descansar, él sigue atento al llamado. "Obviamente no llego con la rapidez de antes, pero en mi bicicleta llego a las emergencias. También participo de los ejercicios", cuenta.
Al ser consultado por las razones que lo motivan a seguir al pie ante las emergencias, asegura: "Así es esto. Sigo sintiendo esa adrenalina cuando suena la alarma, las ganas de ayudar a las personas que nos necesiten. De eso se trata eso, de estar para el resto".
En esa línea, Arnaldo está seguro de que "voy a seguir siempre haciendo esto, hasta que ya no pueda más. Es lo que uno elige y se siente orgulloso de pertenecer a Bomberos".
Se unió tras tragedia
La historia de Pedro Mora es diferente a todas. Su hijo, Rodrigo Mora, era capitán de Bomberos en Chiguayante. Lamentablemente, se transformó en mártir de la institución el 11 de julio del 2006, cuando un alud los sepultó.
"Tras ese accidente don Pedro siguió en contacto con bomberos, hasta que se unió a la Compañía", cuenta un voluntario.
Con el tiempo, el padre siguió progresando en la institución, siguiendo el legado de su hijo, quien es un héroe para todos. Al punto que la Compañía fue renombrada como "Héroes de Manquimávida", en honor a Rodrigo y otros dos voluntarios que perdieron la vida en esa ocasión.
"Es un caso muy especial. Pedrito se unió tras esa tragedia que nos enlutó a todos, en honor a su hijo, el capitán", recuerda Arnaldo San Martín.
Pedro Mora llegó a ser superintendente de Bomberos, pero lamentablemente hoy pasa por un delicado estado de salud que lo mantiene hospitalizado.
Sin embargo, desde el hospital afirma que "estos días son muy difíciles para mí, porque no podré participar en ninguna de las ceremonias".
Asimismo, recalca que "el 11 de julio es un día muy especial. Ese día murió mi hijo, el capitán. Siempre recordaré eso".
Escuetamente relata que eso lo impulsó a unirse a bomberos, pero que hoy está preocupado de recuperarse bien. Está a la espera de una delicada operación al corazón, así que le prohibieron emocionarse en demasía. Claro, para él es difícil.
Vida de anécdotas
El comandante del Cuerpo de Bomberos de Concepción, José Pedreros, tampoco quedó al margen de esta celebración bomberil. En ese contexto, destaca una serie de situaciones con las que lidian todos los días.
"Es muy común cuando nos llaman para rescates de animales que la gente desaparece cuando ya está controlado todo. En ese sentido, nosotros nos llevamos al gato o perrito a la compañía, porque no podemos permitir que queden desprotegidos", manifiesta. Es por ello que asegura que "la mayoría de los voluntarios tiene mascotas en su casa".
Analizando sus roles como comandante, también destaca que "hay veces que uno cree que son cosas menores, pero siempre es complejo. Así recuerdo cuando rescatamos una gaviota, porque pensamos que sería fácil".
"La cosa no fue tan así, porque tuvimos que pedir carros de rescate en altura, porta escalas mecánicas y harto personal para controlarlo", dice.
Considerando todas estas experiencias, y otras que no le vienen tan rápido a la memoria, sostiene que "es un orgullo para mi persona dirigir en el ámbito operativo una institución que, al margen de cualquier situación, siempre está dispuesta en forma eficiente y eficaz para ayudar al prójimo".
"Hay un voluntario de 78 años que sigue activo en rescates. Muchos voluntarios dejaron de lado sus vacaciones en verano para los incendios. Es un orgullo tremendo", fundamenta el comandante.
"Obviamente no llego con la rapidez de antes, pero a las emergencias voy en mi bicicleta".
Arnaldo San Martín,, bombero."
"Es un orgullo para mí ser parte de esta institución, que siempre está dispuesta a ayudar".
José Pedreros,, comandante de Concepción."