Convirtieron el living de su casa en la sala de clases de sus hijos
Se trata de padres que decidieron sacar a sus hijos del sistema escolar formal o simplemente nunca los inscribieron. Algunos recién comienzan y otros ya están en la universidad. Aquí comparten sus experiencias.
El primer día de Felipe Mejía en la universidad fue también la primera vez que pisaba una sala de clases. Sus papás tenían una visión bastante crítica de la educación tradicional y habían decidido que, según él, "para ser libres, necesariamente tenían que salirse del sistema".
"Era bastante divertido los primeros días. Observaba bastante, era todo nuevo así que la verdad me entretenía mucho mirando cómo se desenvolvían mis compañeros y profesores, y toda la dinámica que hay adentro", cuenta el estudiante de quinto año de Pedagogía en Inglés de la UCSC.
Consultado acerca de alguna desventaja por no haber asistido nunca al colegio, dice que "me cuesta pensar en una, pero me he dado cuenta que hay algunos códigos que no entiendo en el día a día cuando comparto con amigos y ellos bromean ".
Educación en casa
Felipe es parte del pequeño pero creciente porcentaje de niños y jóvenes que no asiste a establecimientos educacionales convencionales, por motivos diversos que van desde intereses deportivos o culturales, hasta convicciones religiosas.
El concepto de Homeschooling o "educación en casapropone alejar de la estandarización a los estudiantes. Es decir, cada alumno puede administrar sus tiempos de acuerdo a sus capacidades e intereses.
Una de las principales dudas que existe en torno a la modalidad es acerca de la socialización de los niños. El profesor Juan Molina, PhD en Educación de la Florida Christian University afirma que "eso supone que los niños sólo tienen amigos el colegio, o que están todo el día encerrados y eso es ua premisa errada".
"Los funcionarios del Ministerio de Educacion van a tratar de mantener a los niños en el sistema, pero no debería cuestionarse la decisión, porque estamos avalados por la Constitución, que entrega el derecho preeminente a educar a los padres", explica Molina.
Los padres que deciden educar a sus hijos en casa se acogen a la modalidad de exámenes libres, que permite a los papás, por diversas razones, sacar a los hijos del sistema escolar tradicional.
Experiencia nueva
Es lo que a partir de este año hizo la familia Matus Creixell, de Talcahuano. 2016 fue el último año de colegio para sus cuatro hijos, que ahora estudian todo en casa.
"Es una decisión que no podríamos haber concretado sin estar de acuerdo nosotros dos", dice Solange Creixell, y cuenta que hace al menos tres años se venían cuestionando acerca de la cantidad y calidad de horas que podían compartir con sus hijos.
"Los hijos para nosotros son una bendicion, y queríamos sacarlos de la vorágine de vivir con horarios casi de adulto, de la competencia, del estrés de ser mejor que el otro de acuerdo a una calificación que no representa lo que ellos saben", explica.
Cuenta que cuando fueron a hacer consultas al Ministerio de Educación les preguntaron por qué los iba a sacar si de acuerdo a sus notas les iba bastante bien: "porque creemos que les puede ir mejor", respondió en ese momento.
Por ahora los niños están en un período de ajuste, donde todos están descubriendo cuál es el ritmo que requiere cada uno y cómo distribuir los tiempos para aprender mejor.
"Da susto, te cuestionas todo. Incluso si uno va a ser capaz", admite Solange pero enfatiza en que "cuando empezaron con jornada completa, los niños pasaron a vivir en función del colegio y no queríamos eso. Creo que todos los papás en algún momento se lo cuestionan".
Papás descontentos
Juan Molina cree que el creciente interés por esta modalidad se debe a que "la educación en casa es una reacción al sistema en Chile. Los papás tienen una mirada crítica, pero asumen los riesgos y responsabilidades de tomar una decisión así, de hacerse cargo de la educación de sus hijos. No es una decisión irresponsable, sino todo lo contrario".
El Ministerio de Educación no tiene datos específicos acerca de la cantidad de familias que están haciendo educación en casa, pero en 2015 se estimaba que existían unos 12 mil casos de estudiantes que rendían exámenes bajo la modalidad de exámenes libres. En ese grupo están incluidos los "homeschoolers".
Experiencia inversa
Monica Alegría Finley es una penquista que vive en Estados Unidos. Tiene dos hijos (Lucas es uno de ellos y el que aparece en la foto) que siempre estudiaron en casa hasta hace un par de años, cuando la familia decidió matricularlos en un colegio.
"Una de las razones fue por mí. Estaba tomando nuevas responsabilidades y además quería volver a estudiar", cuenta desde Madison, Wisconsin. "Ahora, jamás lo habría hecho si no hubiera tenido la posibilidad de ponerlos en el colegio en el que están. Es un colegio privado pequeño y conozco a la mayoria de los profesores".
A diferencia de las incertidumbres que aún hay en Chile respecto del tema, Monica ve la experiencia desde la vereda opuesta, "creo que el homeschool bien hecho es muy superior a la escuela tradicional, académicamente hablando. Sólo nos fuimos a la escuela tradicional porque teníamos acceso a un buen lugar, pero con la idea de que si no funciona, entonces los sacamos y volvemos al homeschool".
De todas formas, confiesa que "si hubiera estado en Chile, creo que jamás lo habría hecho".
Inscripción y exámenes
"La idea de la escuela propiamente tal, como la conocemos, no tiene tantos años", plantea el profesor Molina, "se inició con una elite, se masificó con la Revolución Industrial y después se ha mantenido con el mismo formato de pupitres, pizarrón y un profesor por décadas".
En Chile, los padres inscriben a sus hijos en distintos establecimientos que ofrecen la posibilidad de rendir los exámenes libres de acuerdo al currículo nacional y que, básicamente se limita a lenguaje, matemáticas, ciencias naturales e historia, además de inglés, a partir de quinto básico.
Una vez inscritos, las familias reciben un compendio de textos escolares y un temario para estudiar y rendir las pruebas respectivas. El período para inscribir a los niños en los exámenes libres comienza en abril, y se extiende hasta la última semana de septiembre.
Los exámenes se rinden en establecimientos determinados para cada comuna y generalmente hay distintas fechas disponibles hasta el mes de noviembre.
"Lo principal es tener una malla equilibrada y que no deje afuera los intereses artísticos, culturales y deportivos", acota Molina.
"Lo primero que hay que hacer con la educación en casa es entender cómo aprende cada hijo, porque cada uno de ellos es distintos, pero en la educación tradicional los niños están obligados a estandarizarse, porque el sistema siempre va a trabajar con el promedio", apuntó.
"Tengo una relación más cercana con los profesores
Felipe Mejía,, estudiante universitario"
"La excepción es que los niños no asistan a la sala de clases
Sergio Camus,, seremi de Educación"
Qué dice el ministerio de educación
"Al año 2017, hay 589 niños inscritos en educación básica y 286 en educación media que están bajo la modalidad de examinación libre o para realizar exámenes de validación", comenta el seremi de Educación de la región del Biobío, Sergio Camus. Agregó que desde el ministerio recomiendan que los niños asistan a sala cuna, jardines infantiles y establecimientos escolares de manera ordinaria y permanente, "pero no hay ningún impedimento legal, tiene que acercarse a las oficinas provinciales con un certificado de nacimiento, llenar la solicitud y manifestar el interés de que sus hijos, en el caso de los menores de 18 años, se inscriban en la modalidad de exámenes libres".
589 inscritos para exámenes de educación básica hay en el Biobío en lo que va de 2017.
18 años es el máximo para exámenes libres, después existe la "validación de estudios".
286 alumnos de media están inscritos para rendir exámenes libres este año en la región.
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