José Manuel Castillo
A una semana de iniciado el trabajo por parte del albergue móvil del Arzobispado, sus encargados se han mostrado satisfechos con las labores que se han desarrollado. El vehículo, que se instala todos los días frente a la Plaza Independencia a partir de las 22.30 horas, congrega a su alrededor en su mayoría a personas en situación de calle.
Sus beneficiarios encuentran más que un alimento o un reparador descanso. También hallan en el lugar una palabra amistosa y una mano amiga para ayudarle en las difíciles condiciones en que viven.
Desde el Arzobispado de la Santísima Concepción señalaron a La Estrella que, hasta la noche del lunes, en el albergue habían pernoctado doce personas y más de una decena habían hecho uso de las reconfortantes duchas con agua caliente que ahí disponen. Además, que cerca de una veintena de personas se había acercado para recibir un sándwich y un café para capear las bajas temperaturas de la madrugada, que apenas han superado los tres grados.
El vehículo se instala cada noche junto a la Catedral penquista, en calle Caupolicán, si bien anoche debió esperar hasta pasadas las 23 horas la salida de algunos autos que se encontraban estacionados en el lugar.