La Agüita de la Perdiz celebra sus 59 años con bailes, cantos y homenajes
Evelyn, vecina que llegó en la década del 60 a este sector, cuenta que han prosperado a pesar de las dificultades y asegura que eso creó un lazo de unión incomparable.
La población Agüita de la Perdiz estuvo de fiesta el fin de semana que acaba de pasar. Este tradicional barrio penquista cumplió 59 años, por lo que sus vecinos salieron a las calles a disfrutar de un pasacalle que recorrió todo el cerro. Entre ellos iban muchos niños en una actividad que concluyó en el patio de la escuela con números musicales. Fue una fiesta de aquellas.
Como un barrio tranquilo y unido lo califican los vecinos, quienes aseguran que dejaron atrás la estigmatización, la discriminación y la persecución que sufrieron durante varias décadas. Recordando el pasado, pero mirando hacia el futuro, Evelyn Valdebenito, quien en 1967 saludó por primera vez a este cerro para nunca más dejarlo, asegura que estas calles, preferentemente, albergan historias de incansable lucha social.
Primeros avances
"El sector empezó a poblarse con tomas de terreno, en los cerros. No había ni una calle pavimentada y mucho menos agua potable o alcantarillado. Yo viví treinta años con agua de vertiente", recuerda a La Estrella.
Evelyn cuenta que era difícil la vida, pero sencilla. Sin embargo, todo cambió para 1973. "Siempre nos tildaron como una población comunista, que éramos extremistas y personas malas. Aquí pensábamos distinto, pero malos nunca hemos sido", señala.
"Los militares venían siempre, estaban toda la noche. Era una constante lucha por estar bien. En esa época vivimos el momento más triste de la población, cuando pillaron a un vecino muerto en Pisagua", comenta bastante emocionada.
La vecina relata que fueron momentos difíciles, pero que les sirvió. "Creo que esa constante lucha contra la marginación y la discriminación nos hizo fuertes, nos hizo ser unidos", asegura.
Ahora, Evelyn sostiene que el barrio es bueno para vivir, que existe una hermandad inusual para la época en que vivimos y que todo es gracias a las fuerzas de flaqueza que ganaron en la citada época. "Estoy orgullosa de vivir aquí", asegura durante su relato.
Buenos momentos
"Como eran tomas de terreno, no había nada, así que fue emocionante cuando empezaron a conseguirse los primeros títulos de dominio. Fue el primer paso", expresa.
Posteriormente, todo mejoró y de gran manera. "A principios de los 90 tuvimos alcantarillado, agua y algunas calles pavimentadas. Empezaba a mejorar todo", afirma.
Con la infraestructura adecuada, inició el despegue. "Acá apareció una generación maravillosa de jóvenes, de los que algunos aún están acá. Hay arquitectos, químicos. Al principio era impensado que algunos fueran a la universidad", manifiesta.
Por estas y, según ella, muchas razones, es que no se imagina su vida fuera de este emblemático barrio. "En un momento empezaron a entregar títulos para San Pedro, pero nosotros nos quedamos acá. Fue la mejor decisión y estoy segura que nunca me iré", cuenta con el pecho inflado de orgullo.
"Este es mi barrio, es mi sector. Es hermoso, se puede estar tranquilo y estoy segura que es un lindo lugar para vivir. Hay vicios como en otros lados, pero nosotros hemos logrado mucho", advierte.
Durante la fiesta que se vivió por el aniversario, hubo entretención, hermandad, risas, música y una serie de condimentos que engalanaron el cerro e hicieron brotar alegría desde las más profundas entrañas, esas que se forjaron con el sudor de todos los vecinos que hoy miran orgullosos lo que lograron. Hicieron que el sector sea conocido en todos lados y que, a diferencia de los años 60, sea reconocido como tal.
Sin embargo, hay ambición y no se conforman. "Hay que seguir creciendo, por todos los niños que vienen", sostiene con firmeza Evelyn Valdebenito.
"La lucha contra la discriminación y marginación nos hizo fuertes, nos hizo unidos".
Evelyn Valdebenito,, vecina de la Agüita de la Perdiz."
1990 a partir de este año se realizaron los trabajos de construcción de alcantarillado.