Los trabajadores chilenos han modificado sus rutinas, alterando el horario que destinan a las tareas propias de sus quehaceres y como al que les permite descansar y almorzar.
Este nuevo ritmo, muchas veces acelerado, ha llevado a que cada vez más personas partan rumbo a sus trabajos sin tomar un desayuno adecuado y nutritivo, que permita rendir durante toda la jornada. De la misma manera, es cada vez más frecuente que los trabajadores se salten el horario de almuerzo o sustituyen éste por un snack de galletas y café.
Saltarse una comida, especialmente el desayuno o el almuerzo, puede generar hipoglicemia: una disminución de la concentración de azúcar en la sangre, hecho que reduce el período de atención y ralentiza la velocidad con la que se procesa información.
Estos malos hábitos, sumados a la mala calidad de los alimentos que ingerimos en la llamara "comida rápida" nos hace desequilibrar el organismo, pues este tipo de preparaciones nos hacen consumir alrededor de 1.316 calorías por almuerzo, cifra que superior a lo recomendado. Un hombre de 60 Kg. y 1.60 m. de altura debiera ingerir como máximo 1.800 calorías diarias; entonces nos queda un saldo extra de 350 calorías aproximadamente, sólo al mediodía.
Lamentablemente, estos malos hábitos alimenticios suelen acompañarse de sedentarismo.
Columna