Coleccionistas de Lego: una pasión desarmable y sin fin
La mayoría llegó a conocer los populares bloques ya siendo adultos y ahora se dedican a mostrar sus sets.
"Me falta sólo un bulldozer para completar la colección de maquinas, pero está discontinuado. Estoy en la búsqueda porque salió en 2007 y es posible encontrarlo por internet", comenta Juan Vilalobos.
A sus 34 años, el coleccionista está en la búsqueda de la última pieza de su posesión más preciada, un set de varias maquinarias pesadas a escala de Lego.
Fanáticos adultos
Agrega que comprarlo por internet no siempre es opción por la incertidumbre de saber qué llegará y cuánto tendrá que pagar tras pasar por aduana; es mejor adquirir las piezas de manera presencial.
"Hace poco encontré exactamente el que me falta en Santiago, pero tenía otras prioridades y cuando quise comprarlo ya lo habían vendido. Estaba en su precio: 180 mil pesos", detalla Villalobos.
Es frecuente que la mayoría de los miembros del club hayan llegado a coleccionar los populares bloques ya siendo adultos: "de chico que me gustaban los Lego, pero eran muy caros así que jugaba a los bloques, que eran como la alternativa, ya cuando empecé a trabajar me metí en el mundo Lego".
Clubes penquistas
En Concepción existen clubs de Lego a los que puede acercarse cualquier persona que disfrute armar los juegos, no hay requisito mínimo más que las ganas de participar. En el caso de los niños, el único requisito es asistir siempre acompañados por un adulto.
Felipe Ramírez, miembro del club, dice que es una forma de atraer a nuevos fanáticos al mundo de los bloques.
Las personas que llegan a través del club y se interesan en participar en exposiciones y otras actividades pueden pasar a formar parte del Lego Users Group (LUG) Concepción, que es una categoría oficial reconocida por Lego.
La casa matriz en Dinamarca no sólo los valida como embajadores, sino que además les entrega soporte, concretamente, más legos.
Eso sí, el ingreso al LUG es exclusivo para mayores de 18 años, y es que además de la inversión de dinero se requiere de bastante tiempo.
"De niño yo jugaba con los Playmobil o Gijoe; no me llamaban la atención porque era muy caro, algo lejano", confiesa Felipe Ramírez, que llegó al popular juego a través de un sobrino. "Le compré el set del aeropuerto de regalo y lo armamos juntos. Lo encontré entretenido, así que seguí con la línea de Star Wars", explica.
Pieza por pieza
La misma pasión, pero con otro estilo, es la que vive Cristofer Díaz, 29 años, que llegó al Club luego de participar en reuniones de fanáticos a las que llegó por Facebook.
Lo diferente de sus colecciones es que la mayoría de ellas no son sets oficiales, sino que se los ha ido armando con piezas sueltas o en base a otros sets.
Detalla que "tengo algunos sets, pero hace tiempo que no compro. Lo que tengo son sets armados con piezas sueltas: la casa de Yoda, el set de Hoth, Tatooine y el castillo de Jabba", todo del mundo Star Wars.
La gracia, dice, es que sus sets se pueden seguir expandiendo hasta donde hayan partes que pegar, por eso él sigue empeñado en encontrar más y más piezas sueltas.
Comprarlas es quizás lo más difícil, porque hay que visitar ferias, internet o tiendas de juguetes usados; por eso la llegada del cargamento desde Dinamarca es tan esperado.
El almacenamiento
Pero tanto bloque hay que conservarlo en algún lugar. Generalmente la opción es guardarlos armados en cajas de plástico grandes, pero los que tienen las colecciones más grandes deben ingerniárselas y lo que hacen es desarmar los sets, que después ponen dentro de bolsas plásticas herméticas junto a los manuales a la espera de una oportunidad de mostrarlos y poder hacer lo que más les gusta: armar bloques.
"Yo armo sets con piezas sueltas. Se pueden expandir hasta que uno quiera".
Cristofer Dìaz,, coleccionista de Lego Star Wars."