Para estas fiestas tenemos un menú tradicional, como es el pan de pascua, pavo relleno, espumosos y ponches; los cuales se van adaptando a través del tiempo, según los ingredientes y las costumbres locales.

Para los chilenos, por temporada estival el menú es más fresco, que acompañamos con frutas de estación, ensaladas, diversidades de sours y mariscos. Y para escoger un vino, lo que recomiendo es respetar los ingredientes de la zona, pues debería estar en el sentido común de nuestra alimentación.

Antes de pasar a la mesa, el pan de pascua tiene el mejor acompañante en el hogar del chileno, que es el cola de mono, el cual siempre debería estar frío.

Para la entrada fresca, como carpaccio de salmón o algún crudo, podemos ayudarnos de esa frescura con un vino blanco, como Sauvignon Blanc o Riesling si la "untuosidad" se encuentra presente.

A continuación el principal, como Pavo relleno, lo podemos acompañar con un tinto Carménère, sin madera, dependiendo del tipo de relleno como frutos secos, dátiles y especias.

Terminando con el postre, como helado, galletas y frutas, necesitamos algo ligero como un espumoso semi-seco o seco, también un rosé vendría bastante bien.

Vino y comida, el idóneo maridaje no existe como regla cierta, sino cuando se disfruta en un ambiente grato. Es este el momento cuando se logra el maridaje o la armonía.

Concepción

Talcahuano

Tomé

Cañete

Arauco

Curanilahue

Lebu