Profesionales dejan a un lado sus carreras para emprender con oficios
Son mujeres del Gran Concepción que quisieron apostar por proyectos propios, rescatando sus capacidades en el arte, costura y en la bisutería.
Todas son mujeres que un día decidieron dejar de lado sus carreras profesionales para dedicarse en cuerpo y alma a sus emprendimientos, los que, en su mayoría, surgieron de la mano de dotes artísticos que pulieron desde niñas y que hoy son sus grandes proyectos de vida.
"Estoy orgullosa de lo que realizo y de la pasión que entrego en mis creaciones. Por algo te dedicas a una cosa y dejas de lado las demás opciones. Es que los emprendedores nos caracterizamos por el amor que ponemos a nuestros trabajos y eso se siente bien al final del día", indica Jenifer Tobar, quien pese a ser paisajista decidió sumergirse por completo en el área de la confección accesorios en tela.
-¿Qué cosas hace?
"Mi emprendimiento se llama Cuchito Miau, y abarca diferentes diseños textiles de animales, principalmente de gatos, porque me encantan. Son diseños únicos, trabajados con material reciclado con los que garantizo exclusividad y, al mismo tiempo, calidad".
Hace ya cuatro años que Jenifer cambió su rubro y su historia como emprendedora se gestó con la confección de un par de bolsos. "A mí me ha gustado mucho coser desde siempre. Después hice más y a una amiga también le gustaron, así fue que empecé a trabajar. El año pasado me hice un Facebook y meses más tarde me gané un Sercotec", explica.
Muñecas
Sofía Rebolledo se dedicó por mucho tiempo a la mecánica, sin embargo, sus hijos la motivaron a dejar de lado su profesión y a realizar lo que realmente ama: tejer a palillos.
"Me crié con mi abuelita, quien me enseñó muy pequeña este oficio. Siempre me ha gustado hacerlo y un día me decidí a dejar todo por esta pasión", comenta la sampedrina.
-¿Cómo se llama su emprendimiento?
"Arte Lana. Con este proyecto continúo haciendo el trabajo de las abuelitas, de hacer muñecas tejidas a palillos. También, a través de mis trabajos rescato un poco las raíces de nuestro país, ya que las hago con un sentido étnico. Confecciono muñecas mapuches, nortinas, chilotas y pascuenses. Mi idea es entregar a los niños un poco de entretenimiento y de cultura al mismo tiempo".
Otra de las mujeres que prefirió postergar un poco su trabajo de masajista para lanzarse de lleno a su empresa es Liliana Ríos, quien hoy en día se dedica a inmortalizar pancitas de embarazadas en yeso y en 3D. "Hace dos años más o menos conocí esta técnica que nació en Bélgica, la que me pareció estupenda porque me encanta pintar. Esto se hace con yeso en una sesión de 40 minutos aproximadamente. El diseño de la pintura lo realizo mediante el concepto de lo que quieren los papás. Éste puede ser en acrílico o en óleo, en técnicas súper realistas", explica.
Quien también optó por dedicar gran tiempo de su vida en su emprendimiento es Belén Brown, de 27 años. Pese a que es fonoaudióloga y que ejerce su profesión, se niega dar espalda al oficio que aprendió sola y cuando era tan sólo una niña. "Comencé como a los doce años haciendo cosas simples y poco a poco me fui metiendo más en el tema. Por Internet aprendí algunos patrones, pero ahora realizo creaciones mías también. Es que con los años me he ido perfeccionando, incluso, ahora puedo hacer cosas más elaboradas", señala.
-Es un trabajo minucioso...
"Sí, aunque no me demoro mucho por ejemplo en hacer un par de aros. Mi trabajo es todo hecho a mano con aguja (...) Mando a pedir los cristales al extranjero y lo demás lo compro acá".
"Me crié con mi abuelita. Fue ella quien me enseñó a tejer con palillos cuando niña"
Sofía Rebolledo,, mecánico"
"Comencé como a los doce años a realizar aros. Aprendí viendo en Internet"
Belén Brown,, fonoaudiologa"