Aftas y herpes bucales
Quienes las han tenido saben que el dolor y la incomodidad que generan en muy grande, y es que las aftas y herpes bucales son parte de las infecciones más frecuentes que aparecen en la boca. Pese a su aparente similitud, se trata de dos alteraciones diferentes. Las aftas tienen origen autoinmune; es decir, la genera el propio organismo. El herpes en tanto, es ocasionado por un virus y por eso cuando aparece la ampolla, existe un alto grado de contagio.
Por lo mismo, para tratarlas es necesario identificar si es una u otra infección y sobre la base de eso, controlar que la dieta no incluya alimentos ácidos y minimizar el impacto de factores que producen estrés. Para disminuir el dolor que producen se deben usar analgésicos tópicos, según recomendación del profesional médico. En el caso de los herpes debemos considerar que por tratarse de lesiones virales, son contagiosos; por lo tanto, es importante que el contacto con otras personas sea desde la prevención.
Si tengo un herpes hay que evitar comer con los mismos elementos, saludar de besos o compartir aquellas cosas que tengan contacto con la zona afectada.
Como todo, hay mucho de creencia popular en este tema. Algunos lo atribuyen a la alimentación, a los ciclos hormonales e incluso a algunos materiales utilizados en los tratamientos dentales. Cualquiera sea el caso, lo importante es poder tratarlos adecuadamente y prevenir su reaparición.