Collao fue una plaza de toros con sufrida victoria sobre osorninos
Con tantos de Almendra y Avello, Vial se impuso y subió al subliderato de la Tercera A.
Osorno era el rival a vencer en casa, y en Fernández Vial no lo desaprovecharon. El Auri no se dejó sorprender y se hizo respetar en casa ante Osorno, con dos sendos muletazos, uno de Jonatan Almendra y el otro de Guillermo Avello, convirtiendo a Collao en una verdadera plaza de toros.
Y cómo no, si el equipo que esta vez dirigía Jorge Torres (Edgardo Abdala estaba suspendido), supo golpear cuando debía. Pero no fue fácil. De hecho el Inmortal sufrió más de la cuenta, y sólo en una contra al tercer minuto de descuento, le dio el respiro a los cerca de 3 mil hinchas en el Ester Roa.
Los muletazos
El primero en agitar la muleta ante "los toros" fue Almendra, quien a los 11' fusiló al portero visitante, tras quedar solo frente al arco luego de que José Isla porfiara una pelota y le permitiera definir.
Un gol que abrió al equipo sureño y que le dejó campo abierto al Auri para llegar. De hecho el Vial tuvo al menos cuatro chances claras para cerrar el partido, pero al propio Almendra, Isla, Herrera y Fernández no lograron aumentar las cifras.
"Nos creamos las ocasiones en el primer tiempo y no concretamos, pero teníamos la tranquilidad de que nos podíamos quedar con los tres puntos", dijo Almendra, reconociendo que pudieron abrochar el duelo mucho antes.
Y es que en el segundo lapso Osorno tuvo complicado al Auri. De hecho Fuentealba se mandó un par de tapadas que evitaron la igualdad. La más clara, un cabezazo de Mena que desvió con la punta de los dedos a los 71'.
Pero el Vial no estaba para dejar escapar puntos, aguantó las desordenadas llegadas osorninas, y sobre la hora, en una meritoria pelota que peleó hasta el final el esbelto Isla, la dejó servida para que Avello decretara el 2-0 definitivo.
"Fue complicado, sabíamos que el rival era difícil y gracias Dios pudimos anotar al último minuto, ese gol que nos dio la calma", dijo el autor del segundo tanto.
Una trabajada victoria que los deja metidos en el subliderato, y con el ánimo por las nubes para soñar con el ascenso, en la parte decisiva del torneo.