Con energía renovable y en plena naturaleza les enseñan a los niños
El proyecto, iniciado por un matrimonio dueño de un fundo en la zona, quiere impulsar la educación en los bosques de manera práctica y con recursos autosustentables.
En tiempos donde se derrocha mucho y se reclama bastante por la contaminación del medio ambiente, bienvenidos son los emprendimientos autosustentables con energías renovables, y en función de la naturaleza, con el objetivo de preservarla. Mejor aún si el servicio que se entrega es educación ambiental y en medio del bosque nativo de la Cordillera de Nahuelbuta. Es el caso del Sendero del Duende, iniciativa encabezada por Rodrigo Hernández, que busca mostrar las bondades de la naturaleza de una manera entretenida en el fundo Peumayén, en Patagual.
El proyecto se basa en la autosustentabilidad, que espera poner en práctica en los próximos meses. "Esta rueda de agua la estamos haciendo con el financiamiento de un concurso de la FIA (Fundación de Innovación Agraria) al que postulamos", dice el ingeniero forestal, que está dedicado full time a su emprendimiento.
La rueda a la que se refiere generará una potencia eléctrica de 1kW usando energía solar e hidráulica a través de un alternador que suma la energía con la de base, que son unos paneles fotovoltaicos, integrados a una turbina eólica.
"Además las conexiones son todas subterráneas, para no generar un impacto en medio de la naturaleza", explica Rodrigo.
Esta energía que se producirá se va a ocupar para mantener circulando el agua en un invernadero hidropónico que requiere electricidad, y que está ubicado también en el fundo Peumayén, en el kilómetro 26,4 del camino a Santa Juana.
Negocio familiar
El terreno en el cual está ubicado este emprendimiento es propiedad del mismo Rodrigo, que empezó a hacer los caminos en medio del bosque, con sus propias manos, en el primer semestre de 2016.
"Este año iniciamos la construcción del sendero, y el segundo semestre queremos empezar a atraer colegios. Principalmente lo que nosotros hacemos está enfocado a la ciencia", cuenta el ingeniero forestal, que se crió en Concepción, a pesar de haber nacido en Santiago.
El sendero del cual habla tiene un recorrido de 550 metros, en el cual hay un pantano y un bosque nativo, donde se pueden encontrar varias especies como el boldo, el arrayán o el canelo. Los puentes que permiten pasar sobre los esteros del lugar, están hechos con neumáticos reciclados y troncos de árboles del mismo sector.
Hay otra zona en el fundo, siguiendo por el sendero, que está dedicada a la producción agrícola. "Aquí cosechamos papas, ponemos caballos y ahora estamos viendo si seguimos trabajando de esa manera, o hacemos una chacra demostrativa, para que los niños de los colegios puedan venir, ensuciarse las manos, plantar lechugas, etcétera", dice Rodrigo.
"No lo queremos rellenar, ni poner cabañas o piscinas, porque no es el sentido de lo que estamos haciendo", añade el encargado de la granja educativa, en la cual la idea es seguir reinvirtiendo para hacer distintas actividades con la gente, centrándose más en los niños.
La idea, como dicen en el fundo Peumayén, es complementar esto con las clases teóricas de ciencias de los colegios, a pesar de que también hacen recorridos para personas que acudan al lugar como particulares. "El recorrido es básicamente el mismo, pero uno se demora menos con los grupos que vienen como particulares porque son menos que los alumnos", cuenta el dueño del fundo. "Eso sí, la idea es siempre en base a la naturaleza y la producción agrícola tradicional", continúa.
Siguiendo el recorrido del sendero, uno se encuentra con un terreno que tiene sólo eucaliptos y aromos. La inquietud que surge en los visitantes debido a la razón por la que en ese sector están solamente esos árboles, es explicada de inmediato por el emprendedor. "Estas dos especies se llevan bien porque las dos son de Australia, así que conviven juntos. La razón por la que están acá es para seguir con la idea de autosustentarse, y de estos árboles sacamos leña", aclara. Es que estas especies son ideales para leña, ya que, como asegura el especialista "tú las cortas y vuelven a brotar, entonces no hay que plantar de nuevo".
Complemento natural
Dentro de la granja, se pueden ver ciertos elementos que no son del Sendero del Duende propiamente tal. Se trata de proyectos paralelos que se desarrollan en el mismo lugar, y que se complementan con la idea del emprendedor local. Uno de ellos consiste en motivar a los niños para que se acerquen a la naturaleza. "Les enseñan a hacer fuego, andar a pie pelado, jugar con barro", dice Rodrigo. Explica que está enfocado a las cosas negativas que ha traído la urbanización a la educación de los niños, que comparten poco con la naturaleza.
Otro de los emprendimientos que se hacen en el lugar tiene que ver con la industria del vino y su producción. "Acá se cultivan espirulinas para hacer biofertilizantes, que a su vez las viñas las usan en el proceso productivo del vino. Así, a las viñas se le abren nuevos mercados", explica el dueño del fundo.
Lo que coincide con la idea de Rodrigo en este proyecto, tiene que ver con el carbono que produce este proceso de cultivo. "Producto de la fermentación del proceso, se libera CO2, pero estas viñas lo capturan y pueden cuantificarlo para almacenarlo. Con eso bajan la huella de carbono y obtienen más mercados adicionales. Además, ese carbono lo inyectan nuevamente a las algas de las espirulinas, entonces no se emiten a la naturaleza", cuenta el ingeniero forestal. Así, en su terreno logró generar una red de emprendedores, que coinciden con las ideas medioambientales.
Por ahora, el Sendero del Duende apadrinó a la escuela Patagual para que sus alumnos aprendan practicando en su terreno, siempre con la ayuda de su dueño, que hace también de profesor. Sin embargo, el proyecto a largo plazo es generar redes con los colegios de la zona para que los niños cuiden desde chicos y entiendan como es el ambiente que los rodea.
"No le queremos poner cabañas o piscinas porque no es el sentido de lo que estamos haciendo"
Rodrigo Hernández,, Dueño de El Sendero del Duende."
"La idea es siempre en base a la naturaleza y la producción agrícola tradicional"
Rodrigo Hernández,
dueño del, Sendero del Duende"
Plan a futuro
En este momento el emprendimiento ya está entregando los servicios educativos, pero en Sendero del Duende piensan el futuro en grande. "Pretendemos contratar gente y capacitarlos como monitores, además de hacer asociaciones para ofrecer colaciones", dice Roberto Hernández. De hecho, quiere poner un canopy en el lugar y que sea parte del recorrido. "Queremos profesionalizar esto", asegura el emprendedor, que cree que está recién empezando.
1 kW se generará usando energía eólica e hídrica con la rueda de agua de madera.