Michaihue: libros alivian el espíritu en un consultorio
La idea surgió de un médico del establecimiento y gracias al apoyo de una universidad y otros funcionarios del lugar ya está en funcionamiento una iniciativa única en la ciudad.
Gianpiero Mas es médico cirujano, lleva un poco más de dieciocho meses trabajando en el Cecof del sector Michaihue y es un apasionado por la lectura. Dicha inclinación hacia los libros lo llevó a generar un proyecto: crear una biblioteca en el centro asistencial en el que se desempeña.
"Cuando atendía pacientes me preguntaban qué estaba leyendo. Así me di cuenta que había muchos a los que les gusta leer, pero no tienen posibilidad de obtener los libros", comentó, detallando el cómo surgió la idea que se concretó hace algunos días.
Hoy, el recinto ubicado en el 194 de la Calle Nueva Uno, cuenta con unos cien ejemplares de todo tipo, los que están al alcance de todos los vecinos y pacientes que quieran entretenerse un rato o aprender leyendo. "Tenemos a Isabel Allende, Gabriel García Márquez y hasta Harry Potter, entre otros tomos. Tratamos de hacer lo más variado posible", explica el profesional.
Para disfrutar de alguno de los ejemplares que hay en el lugar, hay dos opciones: leer mientras espera su turno por atención médica o llevárselo a casa. "Contamos con un libro de registro, en el cual la gente anota sus datos personales y así se lo puede llevar hasta su domicilio", informa.
Además del aporte cultural que están realizando, el doctor Mas sostuvo que el proyecto cuenta con un grado de sentimentalismo. "Manuel Pomeli Vega, nombre de la biblioteca, era un colega nuestro que murió este año. Le detectaron un tumor y no hubo mucho que hacer", lamenta.
¿Cómo lo lograron?
"Instalar una biblioteca no es fácil, por lo que hubo un gran esfuerzo y dedicación para lograrlo. Se hizo una campaña junto a la Universidad Santo Tomás, por medio del departamento de Ciencias Básicas. Ellos pusieron afiches en todo Chile pidiendo donaciones".
El éxito de la campaña fue tan grande, que en poco tiempo lograron tener una buena cantidad de libros para el público, tanto así que no todos pueden estar disponibles. "Los que están en el estante no son ni un cuarto de lo que tenemos. La idea es ir rotando los que estén allí, para que haya un poco de variedad", indica.
Lo anterior producto de las limitantes físicas que hay en el consultorio. "No sabemos dónde poner un mueble más grande sin que sea riesgoso. Si ponemos algo en la pared, puede caer y golpear a alguien. Nos idearemos para hacer más espacio y poner todo a disposición de los vecinos", dice.
Si bien lograron lo más complicado, empezar con la biblioteca, el profesional no se conforma y piensa en el futuro. "Quiero tener guías y ensayos de PSU para los alumnos de tercero y cuarto medio, pero todo se limita a la forma en que podamos generar espacios", admite.
Vecinos felices
La recepción de la iniciativa ha sido espectacular, al grado que los vecinos buscan algún ejemplar en cuanto llegan al recinto. "Es súper bueno que hagan estas cosas en la población, así una no se aburre y aprovecha de aprender cosas nuevas", sostiene Verónica Fuentes, dueña de casa del sector sampedrino.
Pero no sólo los adultos gozan con la oportunidad de leer, sino que los pequeños son los más contentos. "Mi hija está aprendiendo a leer, entonces acá sigue repasando de algún modo. Estoy súper contenta con la iniciativa que tuvo el doctor, porque nos beneficia a todos", declara Roxana Lepillán, quien califica la iniciativa con nota siete.
Roxana, quien es madre de dos niños, agrega: "Prefiero que hayan libros en la sala de espera en vez de un televisor. Ésta es una forma muy interesante de educar y crear un hábito de lectura en los más pequeños, porque ahora prefieren los computadores o los tablets".
"Ojalá que no se los roben ni los hagan tira. La gente tiene que tener claro que es una idea que nos favorece a todos los que vivimos en el sector, tanto jóvenes como adultos", manifiesta Verónica Fuentes.
Dicha preocupación la comparte el gestor de la iniciativa. "Teníamos miedo de que se robaran los libros y después los encontráramos siendo vendidos en la feria. Menos mal que ése no ha sido el caso", puntualiza.
A pesar de que la biblioteca ya está en funcionamiento, el médico extendió la invitación para quienes quieran sumarse. "Los que quieran donar libros pueden venir a dejarlos al Cecof o nosotros los vamos a buscar si están en Concepción. La idea es seguir sumando y ayudar a todos los que quieran leer y no pueden adquirir libros", añade.
"Prefiero que hayan libros en la sala de espera en vez de un televisor. Ésta es una forma muy interesante de educar y crear un hábito de lectura en los más pequeños"
Roxana Lepillán,, vecina de Michaihue"