Cecilia Bastías Jerez
La plantación de cebollas y tomates de Olga Pérez, en Hualqui, a duras penas resiste el largo período de sequía que se vive en la región. A raíz de los problemas que ha vivido, decidió cambiar sus siembras más grandes a papas, arvejas y habas, que requieren de mucha menos agua.
"Tengo frutillas, pero se me muere al menos la mitad por la falta de agua, igual trato de mantenerlas. Para abastecernos con mi marido tenemos un invernadero donde planto las verduras", detalló.
"Ha sido un problema la sequía, de hecho, antes nosotros sacábamos agua de un pozo que se secó después del terremoto y por eso la municipalidad nos trae agua en camiones. Viene casi todos los días a renovar el agua", indica, mostrando los dos contenedores que tiene en su pequeño predio, uno con tres mil litros y otro con dos mil.
Son en total 4,7 hectáreas las tierras de Olga (63) y su marido (72), una gran porción es de árboles nativos y menos de un tercio lo trabajan para la cosecha. "Aquí vendo mis productos, todo lo trabajamos a mano y sin químicos", contó.
"Está súper complicada la situación con la sequía, porque para tomarla (el agua) y el baño dependemos de los camiones. Ojalá pudiéramos poner punteras", añadió.
Poca lluvia
Eladio Llancao, pequeño agricultor de Los Álamos, comentó que efectivamente es insuficiente la lluvia que ha caído. "Hasta las vegas están con poca agua. No hay mucha como en años atrás", sostiene. "Yo siembro y confío en 'el de arriba' no más. Siembro papas y trigo, pero no utilizo agua de riego para eso. Los que toman harta agua también son los eucaliptus, que toman hasta 50 litros todos los días", estableció.
Seminario sobre déficit hídrico
José Luis Arumí, decano de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción, luego de un seminario sobre el tema comentó que "la mega sequía tiene un efecto acumulativo, la gente tiende a engañarse con el déficit de un año al otro que es de 50%, pero hay un efecto acumulativo. Es complejo el tema, porque hay disminución de nieve y de recarga de las napas. El último año lluvioso que tuvimos fue el 2006, llevamos casi diez años de déficit", señaló.
50% de déficit de agua hay en la zona, sumado a cerca de 10 años de sequía en la zona.