Mamás choreras sanan heridas del corazón con taller de pintura
Son 23 mujeres que decidieron aprender sobre el arte en óleo, cuya actividad las ayudó a sobrellevar ciertos dolores en su vida como la muerte de un hijo o de un esposo. Sus obras son exhibidas en Sala de Exposiciones del Arzobispado.
Son 23 mujeres de la península de Tumbes que, hace algunos meses, decidieron sumergirse por completo en el arte de la pintura en óleo. Todas son esforzadas dueñas de casa, que vieron en el taller una posibilidad de distracción en sus quehaceres domésticos, pero también una suerte de sanación en profundas heridas de su corazón.
"El taller se creó como un espacio de recreación para estas mujeres que se sacrifican al máximo para buscar el bienestar de sus familias y de sus sectores. Sin embargo, en su andar se transformó en otra cosa... Cuando comenzaron a trabajar con la paleta de colores, empezaron a descubrir un mundo nuevo que da la cromática. A la vez, se empezaron a descubrir ellas mismas y a tomar una postura frente a la vida diferente. Creo que fue un tremendo empuje en el fortalecimiento de su personalidad", explicó Berta Ziebrecht, quien es artista visual y profe de estas choreras.
Un ejemplo es el caso de la señora Cecilia Sufray, quien hace un año y medio perdió a su hija mayor en un trágico accidente aéreo en Isla Mocha. "En estos momentos estoy pasando por un duelo muy grande (...) Me integré al taller hace algunos meses, porque necesitaba salir de mi casa, aunque debo reconocer que siempre me ha gustado la pintura", señaló la vecina del cerro La Gloria.
-¿Qué la motivo?
"Antes del accidente de mi hija siempre participaba en las actividades que realizaba mi junta de vecinos. En ese momento, me indicaron que hiciera algo de mi interés para distraerme y aminorar el dolor que sentía, por eso fui a preguntar qué actividades se estaban realizando hasta que di con el taller de pintura en óleo y me inscribí con mi hermana".
-¿ Y le ha ayudado?
"Sí, cuando empiezo a pintar me siento liberada. Es el único momento que me siento en tranquilidad y en paz. Para mí, finalmente, resultó ser un taller de sanación donde puedo expresar mis ideas (...) Estoy contenta, porque hoy en día, puedo pensar en mi hija y su partida con más tranquilidad. Esto, porque para mí ha sido tema el hecho de que nunca se encontró su cuerpo y no le pude realizar un velorio ni un funeral como corresponde".
La misma experiencia sanadora es la que tuvo Angélica Parra, quien al igual que Cecilia, llegaba hasta las dependencias de la sede vecinal "Juan Chávez", ubicado en el cerro San Francisco, una vez por semana para aprender del arte en óleo. "Soy dirigenta y fue súper lindo participar, porque por mi cargo siempre estamos buscando las instancias para que otras personas obtengan beneficio o puedan desarrollar temas (...) En esta oportunidad, decidí participar, porque estaba súper triste por la muerte de mi marido, así que me sirvió harto".
- Se sintió mejor...
"Soy una de las alumnas con más edad. Muchas de las chiquillas pueden ser mis hijas, pero aún así, me acogieron y me hicieron sentir muy bien. Y eso era lo que necesitaba, no estar sola en casa. Además, me siento una mujer realizada al haber aprendido algo de la pintura al óleo".
El mismo sentimiento es que indicó sentir María Verónica Carrasco, pues dijo que con esta experiencia pudo conocer sus dotes artísticos. "No tenía idea de cómo pintar. Comencé de cero y al ver mis cuadros terminados me dije: ¡Guau! Me sorprendí harto, en especial, porque sólo soy dueña de casa y todo esto es nuevo para mí", indicó.
-Entonces, está feliz con todo lo que aprendió...
"Sí... es que aprender a pintar sobrepasó todo. Para mí fue muy importante mostrar las pinturas en mi casa y decir: ¡Yo lo hice! Me siento orgullosa, me siento bien. Incluso, saco pecho cuando las demás personas me preguntan: ¿Usted hizo eso? ¿Sabe pintar al óleo? Es rico sentirse así y que te digan cosas de los cuadros, en especial, el que hice a una mujer con sus dos hijas, porque quise reflejar el sentimiento de haberme casado joven y de haberme dedicado 100% a mis hijos, postergándome como mujer".
exposición
Todos los cuadros que se realizaron durante el taller, el que tuvo una duración de cinco meses, serán expuestos hasta el próximo 22 de julio en la Sala de Exposiciones del Arzobispado de Concepción. "Es un gran honor y un gran orgullo tener nuestras obras aquí en Concepción, para que todos lo puedan apreciar. Es que es lindo ver plasmado nuestro sentimiento, nuestra manera de sacar el estrés", indicó Luzmira Almonacid, presidenta de la agrupación de juntas de vecinos de la Península de Tumbes.
"Enviudé en diciembre y para sacarme de una depresión, las vecinas me invitaron a ingresar al taller. En una primera instancia, no me encontré dedos para el piano (...), pero ahí en el taller descubrí que tenía talento y me ayudó a salir de la depresión. Entonces, tener expuestos los cuadros en una sala como ésta (Arzobispado) es muy lindo, muy gratificante. La gente y, de repente, nosotras mismas pensamos que por ser solamente dueñas de casas vamos a servir sólo para cocinar, pero no es así. Podemos hacer más cosas y esto es un ejemplo de aquello", indicó por su parte, Doris Insulza.
Esta experiencia fue tan buena para las vecinas de los cerros que la quieren replicar durante los próximos meses. Por esto, decidieron agruparse y obtener su propia personalidad jurídica. "Nos unimos y formamos el centro artístico "Creando Sueños", donde estamos en la primera etapa jurídica para ver quién nos puede apadrinar, para así poder tener nuestra monitora estable, porque el arte en óleo no se aprende en cinco meses de clases. Queremos avanzar lo más que podamos", finalizó la dirigenta Luzmira.
"El taller me ayudó a superar la muerte de mi hija mayor"
Cecilia ,, vecina del cerro La Gloria
"La pintura me sacó de una depresión que me tenía bastante mal. Eso significó mucho para mí"
Doris Insulza,
vecina del cerro La Gloria.