Rosita "Pelé": la primera jugadora de fútbol chilena
Tal como los actuales ídolos de la Roja bicampeona de América, Rosita movió multitudes con su habilidad y sus goles desde que comenzó a jugar a principios de los '60.
Durante la década de los '90 Rosita "Pelé" estuvo invitada en estelares como "Viva el Lunes" y "Noche de Ronda"; fue protagonista de un capítulo de "Informe Especial" y también dijo presente en el show del Profesor Rossa. En 1974, la revista "Paula" le dedicó cuatro páginas a su historia. Doce años antes, en 1962, la revista brasileña "O Cruzeiro" también le realizó un reportaje especial, cuando apenas tenía 14 años.
Era el año del Mundial de Chile y el momento exacto en el que Rosita, oriunda de San Antonio, decidió que el fútbol sería el compañero perfecto durante sus años de adolescencia y juventud.
Su padre, Manuel Jesús Torres Silva, fue pescador toda su vida. Ella lo describe como un hombre muy callado, tímido, que no le gustaba mucho la vida social. Solamente algunas noches, aleonado por un par de copas de vino, le contaba a su hija la historia de cuando fundó, junto a otros trabajadores del mar, el club Defensa de Pescadores.
Fue justamente en el equipo de su padre donde Rosita Torres Ortega comenzó a deslumbrar en el fútbol, deporte que conoció durante su infancia en la caleta. Todos los días salía de su casa a jugar a la pelota con los otros niños, y rápidamente destacó por su capacidad de definición y habilidad con el balón.
Su llegada a la escuadra verde y blanca era el paso lógico y en su primer campeonato infantil nocturno, disputado en el estadio municipal Olegario Henríquez, se matriculó como la goleadora del equipo.
Aquella competencia se llevó a cabo en marzo de 1962, cuando Rosita tenía 13 años. Fue tal el furor que causó su actuación, que un periodista del diario La Tercera que fue a verla en acción la bautizó con el apodo que la acompaña hasta hoy: "La Muñeca Pelé".
Incluso sus goles llegaron a oídos de la Asociación Central de Fútbol, antecesora de la Anfp, que la contactó con el fin de regalarle a Rosita entradas para asistir al Mundial de Chile 1962.
Sin embargo, su padre no quiso acompañarla. "Tenía apenas segunda preparatoria y eso le daba vergüenza, entonces no le gustaba ir a cosas así. Mi madre también era una mujer de esfuerzo, sin estudios, pero que siempre nos enseñó que en la vida había que luchar y ser honesta", recuerda Rosita, mientras revisa, en la misma casa que compartía con sus padres, los archivos de prensa donde repasan su historia como la primera jugadora de fútbol de Chile.
ídola
Hace más de tres décadas que Rosita atiende un puesto pescados y mariscos en la caleta Pacheco Altamirano. Fútbol ya no juega, pero sigue siendo su pasión. Ve todos los partidos de la Selección Chilena. Tiene la polera, el gorro y todos los productos asociados a la Roja.
"Llevo el fútbol y el deporte en la sangre, entonces cuando veo los partidos soy muy apasionada y grito por todos lados. Lo que me molesta del fútbol actual es que casi todos juegan por plata, nadie lo hace por amor a la camiseta como lo hacía yo", reconoce.
Y vaya que mojaba la camiseta. Si hasta de Colo Colo la fueron a ver cuando sus goles ya eran famosos y en el puerto la gente asistía a los partidos de Defensa de Pescadores sólo para verla a ella. Incluso una tarde fue tanto el alboroto, que Rosita tuvo que entrar a la cancha en auto y escoltada por Carabineros.
"Es que la gente me veía como una verdadera ídola, pero a mí lo único que me interesaba era jugar al fútbol. Cuando me vinieron a buscar de Colo Colo les dije primero que sí, y fui a entrenar al Monumental, cuando era un hoyo y el cuidador tenía gallinas. Pero después no seguí yendo, quería quedarme trabajando acá en la pesca porque estaba buena, entonces cuando me venían a buscar de Colo Colo me escondía en una casita que hay más allá de la mía", recuerda.
Sin embargo, su talento finalmente pudo ser disfrutado a lo largo del país, cuando un empresario capitalino quiso darle un auge al fútbol femenino durante los '80 y creó dos equipos: Las Dinamitas y Las Atómicas. Juntó 22 jugadoras y a la única que le pagaba era a Rosita, quien además obtenía el 30 por ciento de las recaudaciones de cada presentación.
A sus 67 años, la sanantonina admite que "lo máximo que me pasó fue conocer a Iván Zamorano, quien es mi gran ídolo. Yo soy parecida a él en su forma de ser, muy humilde, apegada a mi madre y la cazuela es mi plato favorito".
El encuentro se dio cuando fue invitada a "Viva el Lunes" y "lo único que les pedí a cambio era una polera de la selección chilena autografiada por Bam Bam". Sin embargo, en el canal la esperaba una sorpresa: el mismo Zamorano, que también fue al programa, le hizo la entrevista y le entregó la camiseta. "Yo le regalé una de las espadas (de albacora) que encargué hacer en la caleta, así que seguro la tiene por ahí guardada", afirma orgullosa Rosita "Pelé".
"Cuando veo los partidos (de Chile) soy muy apasionada y grito por todos lados"
Rosita Torres Ortega