Concepción

Talcahuano

Tomé

Cañete

Arauco

Curanilahue

Lebu

Lo que tanto esperábamos, sucedió. Chile es nuevamente campeón de la Copa América. Llegamos a este torneo prácticamente estrenando técnico. Pizzi tenía pocos adeptos y los primeros encuentros no fueron alentadores, incluso hay quienes auguraban malos presagios para La Roja. Sin embargo, a medida que avanzaba la competencia, nuestra selección fue mostrando el talento y destreza de sus jugadores, y de su entrenador, permitiéndonos hoy gozar de la alegría de traer de regreso la Copa a casa. Este segundo gran triunfo debe reforzar en nuestros compatriotas que somos capaces, que los tiempos de luchas sin ver los frutos de ese esfuerzo han quedado atrás. Que nuestros deportistas son tan de élite como los mejores de América y Europa; que cuando la meta es clara, los sueños se cumplen y las dificultades se vencen.

Estamos cerca de una nueva versión de los Juegos Olímpicos y los triunfos que hemos acumulado en las distintas disciplinas deportivas nos permiten confiar en que las medallas que esperan por los mejores, bien pueden ser para nosotros.

Orgullo es lo que sin duda embarga a cada chileno, de Arica a Punta Arenas la alegría de este triunfo debe ser el impulso que nos falta para que las nuevas generaciones de deportistas de cualquier disciplina sueñen con llegar lejos, con alcanzar la cima, venciendo obstáculos y trabajando con rigor para lograrlo.