El olfato canino es clave en la guerra contra las drogas
Razas amigables y con narices entrenadas son algunas de las características de estos animales que, en promedio, ingresan a la PDI a los siete meses de vida.
La Brigada Antinarcóticos (Briant) de la PDI de Concepción fue una de las diez unidades de la institución reconocida en todo Chile por su trabajo para detener el tráfico de estas sustancias que dañan, especialmente, a los jóvenes de nuestros barrios. Pero en esta guerra contra los narcotraficantes no solo están los detectives, sino que también los perros especialistas en encontrar estas peligrosas sustancias.
"Los perros detectores de droga, por medio de los guías caninos, son fundamentales en nuestro trabajo. Ellos siguen siendo el mejor detector, porque la sensibilidad de su olfato es muy amplia", señala el subprefecto Eduardo Flores, jefe de la Briant penquista.
El oficial señala que los canes pueden, incluso, darse cuenta si alguien manipuló droga o algún elemento fue utilizado como recipiente en algún momento. Explica que gracias a ésta última habilidad es que los animales suelen hallar armas que han sido contaminadas con residuos de las sustancias ilícitas.
"Existe una Brigada de Adiestramiento Canino en Santiago, dónde se instruye a los guías y a sus respectivos canes. Se elige una raza amigable. Lo primero, es esperar que sean separados de la madre y luego entran a instrucción basada en la observación y a los ocho o seis meses ya están trabajando activamente", detalla.
Los imitadores
El jefe de la Briant penquista explica que el principal método de adiestramiento de los perros es la observación. La idea, sostiene, es que los recién llegados vean cómo trabajan los que llevan más tiempo en la unidad a fin de que los imiten. "No se utiliza droga para ello, sino que un sucedáneo con elementos inocuos. Ellos no tienen contacto directo con las drogas" aclara.
Estos perros dejan de trabajar para la PDI cerca de los ocho o nueve años de edad. "Durante todo ese tiempo se les da un cuidado importante", agrega, pero existe un punto en que sus condiciones físicas no les permiten seguir activos y en ese momento se le da la opción al guía para que se quede con él.
En cuanto a la señal que entregan estos perros al detectar una sustancia ilegal escondida en un bolso o en un compartimiento de un vehículo, el subprefecto Flores comenta que cada uno tiene una forma particular de dar la señal y cada guía tiene que saber cuando su ejemplar la hace. "Ellos suelen ser muy sutiles en eso", explica.
En la Región del Bío Bío, hay diez perros trabajando en el combate a las drogas. Ellos, además, suelen ser invitados a participar en jornadas de difusión del trabajo de la uinidad en distintos recintos, como escuelas o centros vecinales.
El subprefecto Flores agrega que el reconocimiento nacional también se les dio, entre otras razones, por el éxito de algunas acciones. "La operación Trinidad, que se llevó a efecto en septiembre del año pasado, fue una de las incautaciones más importantes del país, con alrededor de 900 kilos de droga, entre cannabis, clorhidrato de cocaína y cocaína base", comenta.
Gracias a esta investigación se logró atrapar a una importante organización criminal. "Cada uno de los integrantes tenía una función y tenían lazos con personas en el extranjero", describe.
Otra de las acciones son las realizadas a través del plan Microtráfico Cero. "A partir de 2015 dimos inicio a este plan comunal que significó capacitar a funcionarios. En la región son 11 equipos dedicados a eso", señala.