Diseñadora conquista terreno en el mundo con su tipografía
Originaria de Concepción y con un enorme amor por las artes que se le inculcó en su familia, Guisela Mendoza ha logrado reconocimientos en Londres y en Estados Unidos por sus diseños de letras.
La incursión de Guisela Mendoza (35) en el mundo de la tipografía partió de un hecho bastante accidentado. El 2005, esta joven salió de la carrera Diseño Gráfico del Duoc UC y comenzó a buscar trabajos en que pudiera llevar a cabo su aprendizaje, pero trabajando más de forma manual que sólo digital. "Hice encuadernación artística, imprimía en serigrafía distintos tipos de tela para hacerlos portada de estos cuadernos, y diseñaba pequeños dibujitos con los que armaba patrones", explica.
En ese momento, su marido, quien se dedica a la tipografía, le comentó que podía transformarlo en un set. "Así hice mi primer dingbats que son tipografía no alfabéticas, una estrellita, una flor, etcétera. Y el primer trabajo se llama Lance de Cousine: es un set dingbats que está inspirado en la cocina, tiene frutas y utensilios de cocina", comenta.
El incidente
Todo bien hasta ahí. Diseñó cerca de cuatro sets, por los que recibió pago.
"Con eso me cambié a un departamento más chiquitito en el centro y tuve que vender mi bicicleta, porque no teníamos espacio. Me compré una bicicleta plegable y empecé a andar como loca, como 8 kilómetros diarios a dejar a mi hijo al colegio y volvía, andaba para todos lados", detalla.
Con tanto ir y venir en bicicleta, Guisela se lesionó grave el tobillo y tuvo que someterse a una operación. "Estuve como un mes en cama y fue horrible", asegura.
Recién se había comprado la bicicleta con la plata de los dingbats, por lo que pasó un tiempo bastante deprimida. "Lo único que hacía era mirar la bicicleta y decía: pucha no puedo pedalear. En eso empecé a crear dingbats en torno de la bicicleta. Íconos que tienen que ver con el pedaleo. Dibujé tanto que surgió la idea de hacer unas letras que combinaran con éstos y apareció la tipografía que se terminó llamando Ride My Bike, eso fue el 2012. La tipografía es más bien condensada y bien finita", detalla la diseñadora, sobre el momento en que, a raíz de una lesión, encontró un nuevo oficio. Para llegar a estos diseños digitales, Mendoza antes realiza diferentes ensayos con trazados en una croquera y luego los escanea.
Los inicios
Guisela, estudió en el Liceo Experimental de Concepción, entró a diseño gráfico, porque siempre le gustó lo artístico, expresar a través de la plástica.
"Creo que por mi abuelo me nació ese amor, fue una influencia súper grande, porque él era un poeta en la zona, el Huaso Puentes. Él me enseñó a valorizar los libros, me mostraba distintos textos de arte, me leía sus poemas", cuenta sobre su abuelo que durante muchos años fue el dueño de una tradicional talabartería de Concepción.
"Por eso entré a estudiar diseño gráfico. Pero me di cuenta que era súper enfocado en la tecnología, no me gustó mucho. Lo que esperaba era algo más análogo y manual", señala.
Una vez egresada de su carrera comenzó con especializaciones que la llevaron a seguir los consejos de su marido. Con eso pudo especializarse en tipografía y caligrafía. Su primer curso fue en Buenos Aires, y siguió en Brasil. Actualmente intenta viajar al menos una vez por año al extranjero para capacitarse.
"Luciano, mi marido, me impulsó en esto. Gracias a él he podido conocer este oficio, antes lo veía como súper lejano", afirmó.
Reconocimiento
Guisela Mendoza ha sido destacada en Estados Unidos y en Europa por sus tipografías, en especial por Ride My Bike. En Chile éste es un mercado que aún está iniciándose. "La industria afuera está súper consolidada, hay una empresa que se llama Latinotype, y ellos buscan un diseñador, reciben el proyecto. Lo analizan en términos de mercado y después lo ponen en venta en distribuidoras, es como una disquera en la música", afirma.
"Me ha pasado que me conocen más en otros países que en mi casa, es extraño eso. Porque hay mucha expectación", comenta de su gira en Brasil, realizando talleres donde la gente sabía de su trabajo.
"En Concepción es poco lo que hago, trabajo en la Universidad de Chile en un posgrado, doy clases los sábado. Y a veces hago talleres en Casa de Oficios", detalla la diseñadora, comentando que la mayoría de sus compradores son del extranjero. Sólo algunas veces hace trabajos para revistas chilenas, o encargos de casas de estudios.
"Es poca gente en Chile. Me preguntan qué por qué hago letras si están todas en el computador", comenta la diseñadora.
Guisela asegura que pese a que en Santiago está más concentrado el mercado al que apunta, no se cambiaría. "Me gusta aquí, porque es el lugar donde crecí y quedarse acá es como devolver la mano un poco", afirma.
"Estuve un mes en cama y en eso empecé a crear un dingbats"
"Me ha pasado que me conocen más en otros países que en mi casa, es extraño"