Abuelita de Chiguayante relata el orgullo de poder celebrar un siglo de vida
Rodeada de amor, ex pastora y matriarca de funcionarios de Carabineros cumplió feliz sus 100 años.
"Le pido a Dios que me dé muchos años más de vida, porque yo estoy bien y el cariño que he recibido ha sido muy lindo". Tal es el deseo de Raquel Bustos Muñoz, quien ayer, rodeada de sus seres queridos y en su hogar en Chiguayante, cumplió sus 100 años de vida. Aunque en rigor, como ella misma aclara, serían 103 "porque antiguamente los papás no nos pasaban por el civil apenas nacíamos, y a mí a los tres años me inscribieron", aseguró.
Su familia, ejemplo para muchas otras, vive en torno de esta matriarca y la cuidan como un privilegio, felices de poder contar con ella aún activa y lucida a su siglo de vida.
Su historia
Raquel Bustos proviene de Carahue, en la Región de la Araucanía, desde donde salió a los 28 años, "casi arrancando": Se enamoró de un hombre que se dedicaba a la música, con quien se casó y se vinieron a Lota. Gerónimo, también de apellido Bustos, era el amor de su vida. "Él era de los 'cholloncaos', los que trabajaban en la mina", contó Raquel. Y luego estuvieron al mando de la Iglesia Evangélica de San Pablo.
Por ello, además, todos sus hijos tienen tan arraigada esa fe cristiana que les hace respetar aún más los años de sabiduría de su anciana madre. "Ella se merece todos los cuidados que nosotros podemos darle, ella fue muy sacrificada cuando joven, crió a diez hermanos, sus seis hijos, algunos nietos y también en la Iglesia. Ahora hay que regalonearla", comentó su hijo, Isaías Bustos.
"A ella le gusta cuando vamos todos a la iglesia, cuando estamos todos juntos. Y en la casa que esté ella, se sienta de cabecera de mesa. Ella es la matriarca, ordena que la tele esté más baja, o la radio", detalló su único hijo varón.
Raquel asegura que le gustaba mucho tocar la guitarra, pero hoy prefiere el silencio y la tranquilidad de su casa.
Por lo mismo, no es muy amiga de las tecnologías y, cuando llegan todos los integrantes de su familia a casa, incluyendo a los bisnietos, siempre les pide que no vean tanto el celular, porque considera que así no se puede conversar. En cuanto a la televisión, afirma que sólo a veces la ve un poco, pero prefiere "no ensuciarme la cabeza con eso". Lo que disfruta mucho es ir al templo con su gente.
Tradición
Tres hijos carabineros, varios hermanos de la misma institución y hasta nietos uniformados rodean a la centenaria mujer. Marta Bustos, sargento segundo de Carabineros, es la hija que vive con ella en Chiguayante. "Acá vivimos mi mamá, mi hijo menor y yo. En la mañana la cuida él, después llego yo. Cuando estoy libre estamos juntas, salimos, vamos a todas partas, pero no le gusta quedarse fuera", dijo.
"Antiguamente no nos pasaban por el civil apenas nacíamos, y a mí a los tres años me inscribieron"
Raquel Bustos