Urbanidad y cortesía en la vía pública
En la vía pública deberían primar algunas normas básicas de urbanidad y buena costumbre, que a lo largo del tiempo las hemos ido olvidando. Qué importante es ser consciente que la calle es un espacio común, que nos permite interactuar de modo directo o indirecto y que manifiesta el respeto que debemos tener en estos espacios. No obstante, encontramos a personas que se hacen dueños de ellos, no respetando a transeúntes, mayores o niños y tampoco manteniendo la compostura cuando caminan por las aceras.
Nos olvidamos de los actos más sencillos como el saludo, mirar a la cara, dar la mano, dejar pasar, tener un solo lado para subir por una escala y un lado para bajar. En los jóvenes ha aumentado la ansiedad por utilizar un ascensor para que los conduzca de un piso 1 al 2, dejando de lado al que sí lo necesita como lo son los adultos mayores.
Olvidamos mirarnos a la cara, porque nuestra mirada está en la pantalla de los aparatos telefónicos, por lo tanto, dejamos de saludar. El saludar es reconocer a otro individuo en su existencia es decirle tú existes al igual que yo y ambos tenemos derecho a esta vida. Hay que evitar estos comportamientos que manifiestan una ausencia de educación y preocupación por otras personas que también utilizan espacios o lugares comunes, sin olvidar la habilidad fundamental en el desarrollo de la Urbanidad, que se manifiesta en la cortesía que debemos tener con todos, sin excepción.