Motelero: "cambiamos el pollito al velador por platos más finos"
Emprendedor de la zona propone un espacio más familiar para el amor a un costado del camino a Coronel. Uno de sus proyectos es recrear los atractivos de la Región de La Araucanía a menos de veinte minutos del centro de Concepción.
No hay ningún detalle que, para Eliana Venegas, no importe. Durante más de 16 años, ella y su esposo se han encargado de hacer realidad las fantasías de miles de parejas en las cabañas temáticas del Motel Las Torres. Ella se encarga de la decoración y ambientación, haciendo sentir a sus pasajeros en el ambiente más cálido y cómplice posible. La dedicación de su mujer, explica Omar Morales, es lo que los llevó a abrir, junto al discreto nidito de amor, un restaurante inspirado en sus viajes por Pucón.
Al igual que hicieron con los dormitorios, entre los que se incluyen sueños africanos, espaciales o árabes, decidieron traer a los penquistas y araucanos, un trocito de un lugar mágico a un costado de la Ruta 160. Ambos compartieron con La Estrella cómo crearon El Fogón de Pedro y recordaron sus inicios en el rubro motelero, contando anécdotas y detalles de cómo funciona la vida en torno a un rubro en el que, la discreción, es la clave.
Omar es hijo de Huachipatino y oriundo de Hualpén. Durante su juventud trabajó como capitán de un barco pesquero. Tras varios años de pololeo, se casó con Eliana y tuvieron tres hijos. Según contó, en su regreso a puerto, comenzó a darse cuenta de algo que estaba faltando en el Gran Concepción. "Faltaba un motel para las parejas casadas, que buscaran estar tranquilas, alejadas un rato de los niños. Un lugar con un buen nivel, que fuese limpio y acogedor. Cuando me retiré, decidí invertir mis ahorros en este rubro, que sólo conocía como un cliente más", contó entre risas.
Su esposa cuenta que, juntos, llegaron a la conclusión de que la comuna que más necesitaba de un motel era Coronel. "Camino a Penco ya tenía muchos igual que a la salida de Conce. Este era el lugar. Aquí compramos una parcela y empezamos a construir. El nombre del local, ya que siempre nos preguntan, es por el sector: acá atrás hay unas torres de alta tensión enormes y quedó de ahí, porque la gente conocía esta parte por ese nombre. De eso ya han pasado 16 años", cuenta Eliana.
Con el paso de los años, cuentan, han ido viendo crecer a las parejas que han sido sus clientes habituales. Son esas mismas personas, dicen, las que hoy en día los felicitan por el nuevo emprendimiento y que los visitan junto a sus seres queridos en El Fogón de Pedro. "Esto empezó igual que con lo de los moteles, porque nos gustaba", dicen juntos casi a coro, entre risas. "Siempre hemos sido de salir a comer, de probar cosas nuevas y empezamos con el restaurante que está pensado para trabajadores, para parejas, amigos o familias que quieran darse un gusto", agregó Omar.
El empresario motelero contó que, en un principio, todos tirábamos como talla que la gente que estuviese en el las cabañas, se iba a pasar por la puerta de atrás hacia el restaurante o viceversa. "La verdad es que, con el tiempo, eso sí se empezó a dar y nos tiene muy contentos. Incluso tenemos un servicio a la habitación con la carta del restaurante. Cambiamos el pollito al velador por platos más finos jajaja", comentó Morales, el dueño de Las Torres.
Según contó Eliana, "nuestra idea es que la gente de Arauco, Coronel, San Pedro, pudiera salir a comer a Pucón pero sin moverse de la zona. Estar en el restaurante es como estar allá". Para ello, el matrimonio trajo cipreses desde el sur y los instaló como pilares. En torno a ellos y el fogón, implementaron una decoración con madera, piedra y fierro. Todo a gusto de Eliana, la misma decoradora de las cabañas temáticas. Explicó que "yo soy educadora de Párvulos y siempre me ha gustado aplicar lo que yo sé, sobre cómo ambientar un espacio, o confeccionar cosas, en lo que hacemos acá". Como ejemplo, contó que siempre está pendiende de los detalles, como dar huevitos de pascua o rosas para los cumpleaños.
Más familiar
Ese lazo con la gente, ha hecho que muchos los prefieran a la hora de conmemorar una fecha especial. "Una vez, al motel, unos jóvenes nos llamaron para que les ayudáramos a preparar el aniversario 50 de los papás. Eso a nosotros nos emocionó muchísimo", contó Omar. Explicó que tienen cientos de historias en torno a las cabañas, muchas de ellas picaronas y románticas, pero dejó claro que parte de su negocio es saber guardar secretos.
"Nosotros que tenemos motel, sabemos que es un negocio que no sólo tiene que ver con la infidelidad, aunque muchas veces lo relacionan directamente. Los matrimonios y pololos también necesitan de este espacio para desconectarse y queremos que con el restaurante lo hagan aún más", sostienen.
Para mantener el nivel que sus clientes buscan, cuentan con veinte personas trabajando constantemente: diez en el motel y diez más en el restaurante. Allí parten al mediodía con la atención y el cierre varía, como los viernes y sábado en donde están hasta la media noche. Por otro lado, la pega en las cabañas no se detiene y, siempre, debe estar todo impecable e higienizado. Cuentan con un sistema de cámaras de seguridad y citófonos para quienes no quieran ver otro rostro más que el de sus parejas al entrar al motel.
Esos pequeños detalles son los hitos con los que este matrimonio espera seguir encantando a pololos, matrimonios y amigos del Gran Concepción. Lo dejan ver hasta en la carta del restaurante ya que, hasta las papas, las compran ellos mismos en Cañete. "No hay otra papa como esa. La carne la traemos de Temuco y encontramos las mejores longanizas en Contulmo. Nuestro fuerte, por el momento, están siendo las parrilladas y los costillares", detalló Omar quien no duda en continuar expandiendo su beta creativa alrededor de las fantasías penquistas.
"Faltaba un motel para parejas casadas".
Omar Morales,, dueño Motel Las Torres.
"Compramos una parcela y empezamos a construir"
Eliana Venegas,
dueña Motel Las Torres.