Las tradicionales bienvenidas universitarias, conocidas como mechoneos, no sólo afectan a los jóvenes, sino que a todos los penquistas que pasan cerca de ellos. La mezcla de huevos podridos, pescados, harina y otros elementos en descomposición, hacen un cóctel desagradable.
"Es repugnante pasar por el lado de los muchachos, porque tienen una mezcla de olores que no se aguanta", manifestó José Aguirre, adulto mayor que pasa todos los días por la Plaza de la Independencia penquista.
"A la gente de la tercera edad nos afecta mucho, yo tengo 86 años y con el paso del tiempo ya no tengo mucha tolerancia a ese tipo de olores. Lo encuentro innecesario", agregó.
Si bien, los penquistas reconocen que es una actividad tradicional a la hora de entrar a estudiar, piden que no se vulnere la dignidad de los muchachos, ya que consideran excesivos algunas acciones.
"A veces andan con olor a pescado o huevos podridos. A uno le dan ganas de vomitar y me imagino que la sensación para ellos es mucho peor", contó Jorge Parra, quien también tuvo un paso por la universidad, pero en otra época, según contó.
"A nosotros igual nos mechonearon, esto fue en los ochenta, pero en buena onda", comentó.
Luisa Reyes, madre de un mechón, contó que "la ropa hubo que botarla y mi hijo sentía el mal olor por varios días". Producto de la "bienvenida", los muchachos deben pasar horas en la ducha, para tratar de sacarse el mal olor de sus cabelleras y sus cuerpos.
En el parque
A diferencia de la mayoría de los mechoneos, que se realizan en los campus universitarios, un grupo de alumnos decidió hacer la bienvenida en el Parque Ecuador, lo que molestó a transeúntes.
"Yo troto por acá todos los días y es molesto, por el tema del olor y por los desechos que puedan quedar. Pero entiendo que parte de la u", contó Fernando Rivas, vecino del sector.
Voluntario
En la facultad de Derecho, de la UCSC, el mechoneo fue voluntario, ya que les dieron la posibilidad de irse a quienes no quisieran participar de la actividad. "Nos dijeron que los que no queríamos, teníamos cinco minutos para irnos de la sala", contó una alumna. El caso llama la atención, ya que, por lo general, los toman por sorpresas y ningún novato se salva de la tradicional bienvenida universitaria.
Gonzalo Cifuentes Uribe
gonzalo.cifuentes@estrellaconce.cl