Al recibir un capital, muchas familias deciden invertir su dinero en un emprendimiento. El más común es el almacén de barrio. Para que esta definición del negocio sea exitosa su creación debe responder a una necesidad insatisfecha del sector en el que operará el almacén.

La identificación de la necesidad debe realizarse de manera objetiva, no forzándola a lo que al emprendedor le gustaría, sino que a lo que su mercado necesita satisfacer de mejor manera.

Es conveniente observar cómo lo están haciendo los almacenes que actualmente funcionan en el sector al que entrará el nuevo almacén.

También es importante poder consultar a las personas a las que atenderá el almacén. De aquí se obtendrán los aspectos de insatisfacción que podrán ser abordados por el emprendimiento logrando una diferenciación con respecto a su competencia (los productos principales, horario de atención, el surtido, calidad de atención, orden, luminosidad, entre distintos elementos de valor para el mercado, incorporación de caja vecina y otros servicios).

Cada año podemos observar la llegada a los principales puertos de nuestro país de grandes transatlánticos, trayendo cientos de turistas, mayoritariamente de la tercera edad. Estas personas, prácticamente han trabajado toda su vida y han logrado ahorrar lo suficiente, como para hacer realidad el viaje soñado, que para muchos es el primero y podría ser el último.

En Chile, un trabajador también lo hace gran parte de su vida, pero cuando deja de hacerlo, es porque está enfermo.

En todo caso, si pudiera seguir trabajando, sus recursos económicos no serían los suficientes, pues gran parte de ellos debe derivarlos a otras necesidades prioritarias y las posibilidad de disfrutar de unas merecidas vacaciones, muchas veces, son muy remotas.

Los gobiernos del señor Piñera y de la señora Bachelet, se han caracterizados por la gran cantidad de "bonos" sociales que han otorgado. Por lo tanto, a mi parecer, implementar otro más no sería tan raro, más aún, habiendo tanto dinero mal utilizado y mal distribuido.

Lo cierto es que sugiero que a los trabajadores de la tercera edad se les regale una semana de vacaciones con todos los gastos pagados y en el lugar de Chile que deseen llevarlo a cabo.

En pedir no hay engaño y adulto mayor que no llora no mama.

Jorge Valenzuela Araya