Trineo con renos a tamaño real fabricado en mimbre es la joya de joven artesano sampedrino
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En el antejardín de su casa, en San Pedro de la Paz, un caballo y un trineo tirado por cuatro renos, todos en tamaño real y confeccionados con mimbre, llaman de inmediato la atención de los vecinos y las visitas que llegan al condominio. Allí, en el patio de su hogar, tiene su taller Alexi Fuentealba Melo (26), quien dejó una carrera en Carabineros para convertirse en artesano.
Nacido en Chillán, cuenta que a los 19 años ingresó al Grupo de Formación de Carabineros en Viña del Mar, donde estuvo tres años. "Justo estábamos dando los exámenes para ascender cuando me retiré, decisión que tomé, ya que es muy poco el tiempo que uno tiene para la familia. Estuve seis meses sin ir a mi casa y tenía mi pareja, y no tenía mucho tiempo para estar con ella", relata sobre su decisión.
"A mi pareja la conocí en Limache, fiscalizando vehículos en una plaza que se llama 40 Horas, se llama, o le dicen así, porque hacen una feria que dura 40 horas", señala el hombre, quien vive feliz junto a Andrea y su pequeña hija Fernanda, de dos años.
Pero ¿cómo pasó de ser policía a convertirse en artesano en mimbre? "Mi pareja tenía un local en Concón al costado de la carretera, a dos cuadras de la playa y lo tenía desocupado. Éste se encontraba frente a una medialuna", recuerda. "Así que invertimos un poco de dinero y comenzamos a comprar productos de mimbre, como sillas para niños, canastos de todo tipo", añade.
Con el tiempo les comenzó a ir bien. "Sacaba la cuenta y me estaba yendo mejor en esto. Así que tomamos la decisión y me retiré (de Carabineros) y nos dedicamos de lleno al negocio", apunta.
caballos y más
Como al frente del local estaba la medialuna de Concón, un día quiso innovar fabricando un caballo enteramente de mimbre. "Estuve dos meses pensando si lo hacía o no, y al final crucé el río y me mojé los pies", sostiene.
Primero partió con una huincha a medir un animal real, y se las fue ingeniando para dejarlo bien proporcionado. Así fabricó su primer caballo. Ha hecho siete hasta el momento, y en la elaboración de cada uno se demora un poco más de una semana, trabajando todo el día. "Es una lámpara y aguanta el peso de dos personas adultas", explica.
"Sí, porque se le pueden poner tres ampolletas, en la guata (el caballo) tiene una rejilla".
En cuanto al precio de esta obra, comenta que "como es un arte y cuesta demasiado hacerlo, como en darle la forma, los vendo en 700 mil pesos".
"Recorremos varias ciudades, pero como en la temporada de invierno se pone malo, llegamos a la conclusión de que hay que ir para el norte, así que llegábamos hasta Iquique vendiendo nuestros productos", añade.
Asimismo, hace unos tres años que Alexi Fuentealba se dedica a fabricar pesebres, los cuales tienen distintos precios, desde los siete mil hasta los 45 mil pesos. "Depende de las medidas, uno de un metro 20 de alto sale unos 45 a 50 mil pesos. Tenemos ocho tamaños de éstos y también hacemos a la medida", indica.
Entre sus trabajos destaca sin duda el gran trineo de mimbre tirado por cuatro renos a tamaño real. "Lo hice el año pasado, pero no lo terminé para la Navidad. El trineo no me conviene venderlo, ya que prefiero arrendarlo para eventos", manifiesta sobre su joyita.
También ha realizado bicicletas a tamaño real, canastos, juegos de terraza e incluso a Don Ramón, de "El Chavo del Ocho", todo a pedido. "Voy a seguir en esto e innovando. Queremos tener un local para que la gente llegue a ver los trabajos que tenemos", añade Fuentealba, quien recorre diversos lugares, aunque los pedidos se los pueden hacer a su teléfono, el 83725553.
Además por estos días se ubica en la subida de Andalué, en San Pedro de la Paz, al lado del establecimiento Ceat y en el supermercado Santa Isabel del camino a Coronel.
el proceso
El mimbre, señala, se saca de un árbol parecido al sauce y se da en zonas donde hay harta agua. Se poda todos los años y se corta con cáscara y se procesa.
"Nosotros compramos el mimbre que ya viene procesado en una bodega de la familia Sandoval en Chimbarongo. Ellos también exportan a varios países", destaca.
"También compramos el mimbre que viene con cáscara y lo echamos a cocer toda una tarde y le sacamos la cáscara y la tinta impregna las varillas. También hay otro tipo de mimbre que uno deja seis meses remojando en agua y queda de un color oscuro opaco", explica Fuentealba.
"Si quiero hacer una esfera, como para una pantalla de lámpara, tengo que dejar las varas de un día para otro en el agua remojando, para que quede más flexible", ejemplifica. J