Mineros del carbón pellejean igual que hace más de un siglo
Juan Fariña López
Actualmente, según indica el catastro realizado por la Secretaría Regional de Minería, a febrero del 2015, existen alrededor de 63 faenas dedicadas a la extracción del carbón en la zona. De ellas, 46 están en Curanilahue, diez en Lebu, cuatro en Los Álamos, dos en Arauco y una en Coronel. Allí trabajan más de 778 pirquineros, quienes sacan diariamente una cantidad de 777 toneladas de carbón en promedio.
Si bien éstas son las cifras oficiales que se manejan, la seremi de Minería, Victoria Fariña, manifestó que "es difícil tener un registro exacto de esta actividad, porque hay gente que trabaja de manera formal y otros muy artesanalmente, casi como un trabajo familiar".
"Los números pueden variar por los factores climáticos que afectan a las faenas. Además, algunos de los productores más pequeños abren y cierran dependiendo de cómo esté la venta del mineral, lo que complica la elaboración de una base de datos consistente", añadió.
Dentro de la mina
El caso de los pirquineros de la mina Santa Ana de Curanilahue puso en evidencia, a juicio del gobierno y la Iglesia, las malas prácticas que realizan algunas empresas privadas con sus trabajadores. Más allá del tema de los sueldos y cotizaciones impagos, que motivaron la huelga bajo tierra de los 73 mineros, las condiciones laborales que soportan estos esforzados trabajadores son bastante complejas para estos tiempos. Pese a la modernización de la industria, algunos aspectos básicos que facilitarían la labor de los faeneros no existen y deben trabajar como sus colegas de siglos pasados.
"Las condiciones de trabajo en este rubro no son mínimas. Pese a que las remuneraciones son aceptables, en comparación a las que hay en la zona, muchos duran poco porque lo que hacemos es muy sacrificado. Imagínese que no tenemos baños dentro de la mina, ni un comedor donde poder alimentarnos en nuestra hora de descanso. Todo se hace sobre la marcha. Dentro del turno, uno para un ratito para comer y sigue trabajando", expresó Luis Chandía, presidente del sindicato de la mina Santa Ana.
"Yo no he sido minero toda la vida y conozco cómo funciona el área forestal, que es muy fuerte por acá. Las mejoras son evidentes y nosotros sentimos que la minería del carbón se ha quedado estancada, sigue igual de arcaica que hace cien años. Esto pasa en todas las empresas carboníferas, si nosotros, que somos como la más grande, pasamos por eso, ¿cómo será la cosa en los pirquenes más chicos?", se preguntó.
la venta del carbón
Luego de ser extraído de la tierra, el carbón es comprado por empresas planteras, que lavan y clasifican el mineral, para más tarde venderlo como producto terminado a distintas industrias nacionales. Uno de estas empresas en la región es Minera Medina Castillo Limitada, ubicada en la ciudad de Coronel. Su dueño, Patricio Medina, comentó sobre la labor que realizan que "los camiones nos traen el carbón, lo procesamos con agua, le sacamos la tosca y lo dividimos por tipos. Nosotros trabajamos en la planta como con 18 personas en total y procesamos unas mil 600 toneladas de carbón que le vendemos a industrias como la Iansa".
Respecto al valor del carbón en el mercado local, el pequeño empresario se lamenta de la situación actual porque se siente entre la espada y la pared.
"Espero que algún día mejore la situación, porque los precios han estado malísimos por el carbón importado y la falta de compradores. Se aprovechan un poco de nosotros, porque no tenemos a quien venderle y debemos aceptar lo que nos ofrecen. Se prefiere el carbón de afuera porque tiene más calorías (5.500 x kilo), en relación al nuestro (3.800 x kilo)", apuntó el empresario.
auge y decadencia
Aunque la extracción de carbón remonta sus inicios a la época colonial, desde el siglo XIX, con la llegada de la máquina de vapor y el ferrocarril, la minería fue una de las actividades económicas más importantes de la Región del Bío Bío. Este recurso natural se convirtió en la gran fuente de energía para la incipiente industria en Chile, al ser utilizado de combustible en los procesos de fundición y refinamiento de materias como el salitre. Debido a los abundantes yacimientos al sur del Bío Bío, Matías Cousiño y Federico Schwager crearon las minas más grandes de la zona, fomentando el surgimiento de centros urbanos como Lota y Coronel. Lamentablemente, la actividad fue decayendo paulatinamente durante el siglo XX, a causa del uso masivo del petróleo y la energía eléctrica en los procesos industriales. Así, en la década de los noventa, los principales yacimientos carboníferos del país, como Lota, Lebu, Colico o Schwager, cerraron definitivamente sus puertas, dejando atrás más de 150 años de cultura minera. J
En la Seremi de Minería del Bío Bío se preocupan de realizar programas que ayuden a los mineros en su compleja labor. Sobre estas iniciativas, la titular regional de la cartera, Victoria Fariña, manifestó que "nosotros a través del Programa de Asistencia y Mejoramiento de la Minería Artesanal (Pamma) les prestamos un apoyo técnico, jurídico y en equipamiento a los trabajadores, para mejorar las condiciones de trabajo. Además le hacemos las recomendaciones necesarias en prevención de riesgos". Según la autoridad, es el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) el que fiscaliza y puede decretar el cierre de faenas, como el año pasado con la mina Trinidad. "Tenemos cursos de capacitación en manipulaciones de explosivos, prevención de riesgo eléctrico y atención en primeros auxilios", sostuvo la encargada ministerial.