Arturo Della Torre, el hombre que gestó la galería Caracol más exitosa de todo Chile
Miles de penquistas visitan diariamente la conocida galería Caracol de Concepción para comprar regalos, cortarse el pelo, instrumentos musicales, comer algo rico o tomarse un café. Sin embargo, pocos saben quién es el hombre que ideó y lideró también el centro comercial más exitoso de Chile en su tipo.
Se llama Arturo Della Torre Cioffi y tiene 87 años. Está casado con Carmen Jiménez hace 43 años. Ambos tuvieron dos hijos: Arturo (43) y José Luis (41). Como era de esperar, siguieron los pasos de su padre. El mayor es administrador de empresas y corredor de propiedades, mientras que el menor es ingeniero comercial.
Arturo Della Torre nunca pensó en ser comerciante. Cuando salió del colegio Padres Franciscanos entró a estudiar Odontología a la Universidad de Concepción. Su padre, Antonio, un reconocido sastre italiano, enfermó, por lo que tuvo que salir a vender las telas para poder llegar con dinero para la casa.
Desde ese momento, el comercio fue su vida. Se instaló a vender telares en un local en calle Caupolicán, para finalmente establecerse en la Galería Caracol, en el local 104 con su tienda "La casa de la toalla", donde es ayudado por sus hijos y su vendedora estrella, Graciela Henríquez.
"Pensé en vender sólo toallas, porque no pasan de moda. Cambian los colores, los diseños, pero nadie va a dejar de comprarlas", aseguró muy alegre, lo que es además una de sus grandes características que le reconocen sus clientes a este hombre que ha visto pasar generaciones.
la elección
Para llegar donde actualmente está, hace 45 años junto a un grupo de 18 negociantes penquistas comenzaron cranear cómo instalar un gran centro comercial, el más grande de la época en la ciudad.
"En los años setenta compramos el terreno a la asociación de trabajadores de la Universidad de Concepción", recuerda Della Torre, el primer gran paso.
No obstante, no sería hasta el ochenta cuanto comenzaría a edificarse el edificio, para ser entregado en el invierno de 1980.
El diseño era la duda, ya que habían muchos. "Habían muchos proyectos. La elección finalmente recayó en mí y la elegí porque ofrecía el mayor número de locales posibles", detalla Della Torre.
Galerías del tipo caracol hay repartidas en todo Chile, pero ninguna resultó ser tan exitosa como la penquista. "Fue una decisión acertada. Uno salía de la casa con lluvia. La gente necesitaba andar bajo techo", argumenta Della Torre, ante la necesidad de tener de todo en un solo lugar, tal como ocurre con los malls de hoy en día.
"Pocos saben que son dos edificios, aquel en que se entra por Rengo y otro por Freire. Ambos están enlazados con el tercero, que es la galería Caracol misma", explica. "También, debajo corre una vertiente natural. Es por eso que lo primero que se hizo fue instalar una gran losa para no tener problemas a futuro", añade.
Y así fue, porque la construcción ni se inmutó con el 27-F. "Para el terremoto no le pasó nada", dice orgulloso.
CONSOLIDADA
Hoy la Galería Caracol funciona tal cual como en sus inicios. Abre sus puertas a las nueve de la mañana y baja sus cortinas a las nueve de la noche.
Su administradora, Marta Hernández Valverde, explica que son 186 locales. Actualmente, ofrecen en sus vitrinas diversos productos y servicios: desde joyerías, tiendas especializadas en ropa de casamiento, música, libros, instrumentos musicales, tatuajes; como también las clásicas peluquerías que ofrecen hasta masajes.
"Me voy a titular en educación parvularia. Vengo acá desde que tengo 11 años", dice una clienta de la peluquería Constanza.
"Ha sido un gran aporte. Ayudó a que el centro de Concepción se modernizara", comenta el presidente de la Asociación del Comercio y el Turismo local, Bernardino Bastías Vidal.
"Incluso hay un caballero que ofrece cigarrillos electrónicos", comenta Arturo Della Torre, sobre las variedades de mercaderías que se pueden encontrar a precios que no harán sufrir la preciada billetera.
¿La Galería Caracol es la esencia penquista?, pregunta La Estrella y Della Torre no duda en responder: "Absolutamente".
Sus ojos han visto 87 años de historia local. Y en sus 68 años dedicados al comercio, asegura que todo buen negociante no le tiene miedo a la competencia ni a las crisis.
"Recuerdo claramente cuando en Concepción aún andaban carritos en los adoquines", comenta.
"El nuevo Concepción me parece frío", dice, añadiendo que a su juicio le falta un poco más de color y que en la galería aún se puede encontrar el calor humano y familiar.
En la actualidad, es director protesorero de la Cámara de Comercio y tesorero de la Asociación del Comercio Detallista y del Turismo. Y también es vicepresidente de la galería Caracol.
"Les digo a los comerciantes que atiendan alegres. El cliente no quiere comentarios negativos. Uno debe transmitir optimismo", aconseja.
"La galería Caracol de Concepción nunca va a desaparecer. Seremos nosotros los que desapareceremos, pero seguirán nuestros hijos", asegura Arturo Della Torre Cioffi. J