l Felipe Placencia Soto
Se estima que en la Región del Bío Bío hay cerca de 70 mil máquinas de azar y destrezas. De ellas, miles se encuentran dispuestas en los cientos de locales conocidos como "casinos populares" en el centro o diversos barrios del Gran Concepción, ofreciendo la posibilidad de ganar bastante dinero con unas pocas monedas.
Muchos de quienes juegan en estas máquinas lo harían sólo para matar las horas después del trabajo. Sin embargo, para otros detrás de este inocente pasatiempo se esconde un problema: la ludopatía.
¿En qué consiste? Según la psiquiatra Carmen Gloria Betancur "es un padecimiento y corresponde a la enfermedad de las adicciones. Ser ludópata es sinónimo de ser adicto al juego", explicó.
Una de las anfitrionas de un local penquista de estos juegos de destreza graficó esta realidad. "Acá tenemos clientes que vienen todos los días. Muchos de ellos ganan, otros pierden. Se ve de todo", contó.
Adicción
La adicción a los juegos se transforma además en un problema familiar cuando el excesivo gasto en estas máquinas termina afectando a la economía del hogar. "Tengo pacientes que lo han perdido todo, más allá de lo material. Han perdido también a sus parejas y su familia", aseguró la doctora Betancur.
La especialista añadió que los hombres de entre 30 a 45 años de edad suelen ser más propensos a convertir el juego en un vicio, pero que las mujeres también cuando se trata de los tragamonedas.
Además, existen antecedentes que indican que hay personas que tienden a esto por herencia familiar y, además, con la gran cantidad de locales, la oferta atrae demanda.
Lo bueno para quienes sufren de ludopatía es que hay tratamiento. "Nosotros hablamos de un abordaje psicosocial, es decir que involucre un médico psiquiatra, psicólogo, psicoterapia, la familia y los aspectos sociales del paciente", indicó la psiquiatra.
Lo malo, según la Fiden (gremio de tragamonedas populares a nivel nacional) es que estos tratamientos, no están cubiertos por las isapres ni el Fonasa. Quienes quieran iniciar una mejora lo deben hacer de manera particular.
Cabe aclarar que no todos los fanáticos de los tragamonedas caen en la categoría de ludópata. "No toda la gente que juega se hace adicta", enfatizó la doctora.
suerte
Un caso de juego responsable es el de María, de San Pedro de la Paz, quien se aproximó ayer al centro de Conce para ir a comprar al supermercado, pero antes pasó a jugar mil pesos a un casino popular.
"Le di el palo al gato. Gané recién 25 mil pesos. Los fines de semana a veces trabajo mediodía y, cuando salgo aprovecho de ir a jugar unas luquitas a las máquinas", confesó, sonriendo por su buena suerte. Con lo ganado "ahora compraré aceite azúcar, yogurt, de todo", contó.
Actualmente la Fiden, busca que se legisle sobre los casinos de barrio, ya que la regulación se realiza mediante ordenanzas municipales, como es el caso de Concepción, que cuenta con estas medidas desde el 2013. J
l Respecto a la ludopatía, el vicepresidente de la Fiden, Sebastián Salazar, explicó que han tomado cartas en el asunto, entendiendo que la ludopatía es una realidad de muchos vecinos de barrio. "Desde el 2013 se desarrolla una campaña de juego responsable que se expresa en tres vías distintas: una a través de sellos adhesivos pegados en cada máquina, afiches para pegar en locales y mediante la web, donde tenemos formas de como reconocerse como ludópata", informó Salazar a La Estrella.