En el cementerio simbólico los deudos pasan rabia por basura
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Los deudos de los pescadores desaparecidos en el mar han honrado su recuerdo por más de 40 años en el cementerio simbólico de Talcahuano. Actualmente es el punto de encuentro para cerca de cien familias que luchan por mantener en buenas condiciones el mirador ubicado en Lobos Viejos. Sin embargo, la basura y destrozos que dejan los desconocidos que van allí por las noches, los tiene indignados.
Causan destrozos
Silvia Santana perdió a su esposo e hijo, durante una noche de temporal en la década del setenta. Lo único que encontraron de la lancha pesquera, fueron algunos vestigios frente a las costas de Laraquete. Desde entonces, el cementerio simbólico es el punto que le ha permitido conectarse espiritualmente con aquellos que partieron. Por eso, cuando se entera que se ha ensuciado, o que le han roto las flores e incluso han pateado los recipientes de las flores, se llena de impotencia.
Su hija Nancy Parra, explica que "el lugar no tiene ninguna protección que evite que vaya gente a causar destrozos. Lamentablemente, van muchas personas a drogarse y a tomar. Nosotros nos encontramos con botellas, cajas de vino y comida siempre que vamos". La mujer añadió que desconocidos "nos han hecho pedazos las tumbas, han botado las cruces o han quebrado las rejas. A nosotros nos robaron unas rejas metálicas, por ejemplo. Uno tiene que ir a sentarse no más, porque si alguien llega a llevar flores, casi no duran porque se las llevan y dejan las lápidas peladas".
Cuidan patrimonio
Pese a los malos ratos, los deudos se esfuerzan con mantener vivo el patrimonio que enseñan las tumbas vacías con las que recuerdan a los hombres de mar. Su historia no es conocida sólo en Talcahuano, pues afirman que en todo el mundo se reconoce el patrimonio histórico que representan las cerca de cien lápidas del acantilado chorero. "Los deudos estamos siempre limpiando, dándole a este espacio más dignidad. Nos hemos organizado harto. Incluso formamos parte de una agrupación que se llama Viudas y Familiares de Pescadores Desaparecidos".
Silvia Santana, la deuda que perdió a casi todos los hombres de su familia, comentó que "este espacio nos ha servido mucho. Después de todo lo que pasó yo le agarré un temor enorme al mar. Apenas me puedo acercar, ya que me aterra. Por eso, el cementerio simbólico era ideal para mí y para muchas otras mujeres que perdieron a sus pescadores".
En comodato
Quienes tienen a sus seres queridos en el pequeño terreno junto al acantilado que mira a lenga, explican que nadie mejor que ellos conoce su importancia. Por ello, desde que se organizaron, comenzaron con los trámites para solicitar que sean los familiares quienes puedan administrar el espacio. Sin embargo, la solicitud se encuentra actualmente enfrascada en una serie de trámites.
Según explicó la artista y escritora Berta Ziebrecht, coordinadora de la agrupación de viudas, "ese lugar pertenecía al Serviu pero el comodato fue entregado a la municipalidad. Sin embargo, nosotras pusimos un recurso de protección para que los familiares puedan ser las personas que queden a cargo de ese patrimonio".
Berta añadió que "los familiares han ayudado constantemente a limpiar, a pintar e incluso contruir protecciones para evitar que se sigan causando destrozos o dejando basura junto a las tumbas". J