l Mario Saavedra Ponss
Nadie podía explicarse ayer cómo un perro pudo nadar entre el fuerte oleaje de la Desembocadura hasta alcanzar un islote. Ese lugar, es el punto exacto en el que el que las fuerzas del Océano Pacífico y el río Bío Bío se enfrentan. Pero el animalito, aguantó el constante choque de las olas arriba del peñasco y permaneció allí por al menos 24 horas.
La primera persona que lo vio fue un pescador del sector. Luego le contó a algunos turistas y estos últimos fueron a ver desde los roqueríos si, efectivamente, había un can aislado a más de 200 metros de la orilla.
Con algunas fotos que tomaron desde sus teléfonos, comenzaron a alertar del drama del cuadrúpedo a través de las redes sociales. También dieron cuenta a Bomberos de lo que había pasado. Los voluntarios del Grupo de Rescate Subacuático (Gersa) de la Segunda Compañía de Concepción, se conmovieron con el relato que pedía ayuda para el animal y se dirigieron hasta la Desembocadura.
El teniente Sebastián González destacó que "se trató de un rescate muy técnico. Las olas en ese lugar vienen en todos sentidos. Nos acercamos a la roca en la que estaba el perro, lo aguantamos y lo estabilizamos. Luego esperamos a que el oleaje estuviera más tranquilo y llegamos hacia él. Nos trincamos, es decir, nos apegamos al peñasco usando la fuerza del motor, y subimos el can al bote. Después salimos bien rápido, por lo peligroso que es el mar en ese punto".
Desde la orilla, un grupo de personas observó la pega de los chicos buenos. Los bomberos estaban emocionados con lo que habían hecho. En el último tiempo han participado en una serie de rescates de personas desde el río Bío Bío, lagunas y playas.
"Yo personalmente soy un amante de los animales y es bonito salvar una vida. Este perro no tenía ninguna posibilidad de salir por su propia cuenta. Ya llevaba más de un día y es probable que se ahogara", indicó el voluntario del Gersa penquista. J
l Tanto en la Desembocadura, como en Lenga y en el camino hacia Ramuntcho, existe el drama de cientos de perros que han sido abandonados por sus dueños. Muchos de ellos nunca han estado solos y terminan en malas condiciones. El perrito atrapado en el islote estaba desde hace días en la playa y, desorientado, terminó siendo arrastrado por las olas.